-Otro gran proyecto, el de la autopista del mar, sigue dormido, ¿qué ha ocurrido?

-Es un proyecto básicamente privado, no se puede culpar de que no haya arrancado a la administración portuaria que tiene en esa sociedad tan solo un 0,5%. Las que llevan la voz cantante son las empresas privadas y lo que sucedió, que todo el mundo lo sabe, es que se le adjudicó a Trasmediterránea porque en aquel momento podía cumplir los requisitos del concurso internacional al tener contratado el tráfico de automóviles hacia el norte de Francia. Ese contrato se renueva cada tres años y cuando Trasmediterránea consigue la autopista del mar, al poco tiempo pierde el contrato de automóviles con Francia y se le complica el cumplimiento de los requisitos exigidos por la autopista del mar. La Compañía Marítima Hispano Francesa (CMHF) es la que a su vez desplazó a Trasmediterránea en el transporte de los citados automóviles y a partir de ese momento entró en negociaciones con ella para que le transmitiera los derechos que tenía en la autopista del mar. El tiempo fue pasando y en estos momentos el contrato del transporte de los citados automóviles lo ha conseguido la empresa Suardiaz desplazando a su vez a CMHF y de toda esta dinámica no se puede culpar a la administración. El tiempo transcurrido y la crisis económica general dificultan el cumplimiento de los requisitos de la autopista del mar.

-¿Cree que va a salir adelante la línea?

-El otro día hablé con el presidente de Suardiaz que está muy ilusionado con el proyecto, pero los requisitos son los que son.