Durante 22 años el ingeniero Luis Lara Rubido fue el director de la Autoridad portuaria de Vigo, periodo en el que la terminal viguesa registró un espectacular crecimiento en el tráfico de contendores, mercancía general, automóviles y pesca, así como en el de las correspondientes infraestructuras. Lara considera que en estos momentos los temas pendientes que tiene que resolver la terminal viguesa son su inclusión en la lista de puertos nodales de la Unión Europea y la puesta en marcha de la autopista del mar con Francia. Esta es la primera entrevista que concede desde que fue destituido del cargo en julio por el presidente Ignacio López-Chaves.

-Han pasado más de siete meses de su destitución como director de la Autoridad Portuaria, ¿qué justificación le dio en su momento el presidente?

-Quince minutos antes de la celebración del consejo de la Autoridad Portuaria del pasado 31 de julio, el presidente me llamó a su despacho para decirme que iba a introducir modificaciones en el orden del día y que entre ellas estaría mi cese como director. Su explicación es que llevaba mucho tiempo en el cargo y que había que renovar. Solo algunas personas que me he encontrado después me dijeron que creían que era por esto o por aquello, pero es difícil saberlo. Ahora es pronto, pero con el tiempo se sabrá.

-¿Cree que la destitución tuvo más carga política que técnica?

-La destitución es una facultad que la Ley concede al presidente, previa propuesta al consejo. Pero lo normal es que cuando los presidentes cambian a sus directores lo hagan al principio de su mandato, no como en este caso que fue en semanas previas a unas elecciones autonómicas.

-Se dice que usted mandaba más que el propio presidente, ¿pudo ser éste uno de los motivos?

--La Ley de Puertos establece con claridad las competencias de los presidentes y las de los directores. Yo siempre he sido muy respetuoso con la ley y nunca he ido más allá de lo que la ley establece en ese sentido. Por lo menos conscientemente nunca me he metido en cuestiones que sean competencias de los presidentes. Mi competencia eran las actividades del día a día que era a lo que yo me dedicaba, mientras que el presidente es el máximo representante del Puerto y tiene una actuación muy clara de puertas afuera relacionándose con otras administraciones públicas como la municipal o autonómica, con los organismos internacionales, con los miembros del consejo de administración o con los medios de comunicación y, por supuesto, una relación íntima y diaria con el director del puerto.

-¿Usted ha presentado una demanda contra la Autoridad Portuaria por su despido?

-Yo tenía un contrato firmado con la Autoridad Portuaria desde hace muchos años y cuando se me destituye le pido al puerto que cumpla lo establecido en mi contrato, que firmé el 31 de diciembre 1992 y cuyas cláusulas fueron redactadas por la administración portuaria.

-¿En qué se basa su reclamación?

-En el contrato en vigor yo tenía derecho a un preaviso de un mes y no a que se me cesase con 15 minutos de antelación. Además, el contrato me daba derecho a permanecer en el Puerto con un puesto de trabajo de acuerdo con mis aptitudes profesionales y se me niega.

-¿Qué le quedó a usted por hacer en el Puerto?

-Me gustaría haber visto inaugurada la autopista del mar y que el puerto estuviese integrado en la lista de puertos nodales europeos, en los de primer nivel.

-¿Por qué nos quedamos fuera de la lista de puertos nodales?

-Desde mi punto de vista, Vigo cumplía con los requisitos para ser puerto nodal en torno a la actividad pesquera. No hacía falta presiones políticas o de lobbys, sino con el convencimiento de su propia actividad generadora de rente y riqueza en torno a la actividad pesca. Nosotros tuvimos acceso a la documentación que manejaban los grupos de trabajo para la elaboración de las listas previas en las que había unos requisitos sobre los distintos tráficos que se mueven en los puertos, en la que se consideraba la mercancía general, los graneles sólidos, los graneles líquidos, los pasajeros, etc? pero no se consideraba la pesca, no sabemos por qué. Y eso que la pesca es tan importante para la Unión Europea que tiene una Política Pesquera Común, un comisario de pesca, una Agencia Europea de la Pesca y unas estadísticas de pesca muy detalladas cosas que no tienen con otro tipo de mercancías. En los puertos de Japón, China o Estados Unidos de España se conoce el puerto de Vigo por la pesca, no el de Barcelona o Algeciras (los más importantes de España en otro tipo de mercancías). La incorporación de Vigo a la lista de puertos nodales europeos prestigiaría la propia lista al ostentar nuestro puerto el liderazgo mundial en materia de pesca. España no tiene ningún puerto de dimensión mundial, salvo Vigo por la pesca. Los requerimientos manejados inicialmente consistían en el 1% del tráfico europeo en uno de los tipos de mercancías antes mencionados, y Vigo alcanza en torno 3% en pesca.

-¿Y por qué no se incluyó la pesca en las mercancías a evaluar?

-Creo que fue un olvido. Al no estar en la primera lista va a ser dificilísimo entrar. Cuando salió la lista casi todos los países intentaron meter más puertos. Al principio Europa se resistió porque quería mantener la lista inicial, pero después cedió y admitió tres o cuatro cambios puntuales.

-¿Se ha perdido mucho?

-Pues quedarnos fuera de un ambiciosísimo programa de inversiones en infraestructuras y de conexiones con redes de transporte para los próximos años.

-Acaba de incorporarse como socio a un despacho de abogados vigués, ¿cuál va a ser su relación con el puerto?

-Acumulo muchos años de experiencia igual que mi colega Ramón Cortegoso, y nos pondremos al servicio de quien pueda necesitarnos con la máxima profesionalidad posible y en todo momento respetando las leyes. En Galicia hay cinco autoridades portuarias y en España un total de 28, por lo que creemos que podemos poner a disposición del mercado una valiosa experiencia acumulada de muchos años. Esto de momento es un proyecto de futuro que contempla trabajos en el extranjero, sobre todo en Sudamérica que tiene unas infraestructuras portuarias y unos modelos de gestión portuarios en desarrollo y que deben ser modernizados.