A Demetrio Carceller, segundo accionista de Pescanova (con el Grupo Damm) no le gusta el silencio de la empresa. Por eso ha solicitado por escrito la convocatoria de un consejo de administración extraordinario, que la firma amagó con convocar para esta semana pero que no se ha materializado. De hecho la contratación de Houlihan se hizo sin someterla a votación del máximo órgano ejecutivo. Un ente que se encuentra dividido y en el que Carceller y Luxempart no quisieron poner su firma para aprobar las cuentas de 2012. En caso contrario, la auditora de la empresa (BDO) habría incluido alguna salvedad o advertencia en la informe anual.