Por primera vez en varias décadas, el consumo de productos básicos para el hogar, tales como la alimentación, droguería o perfumería, descendió en 2012 -un 0,6 por ciento- y lo hizo debido a la crisis, el descenso de la población inmigrante y el aumento de los precios.

Esta es la principal conclusión del informe de la empresa Nielsen, líder en el sector de información de mercados y consumidores, que ha sido presentado hoy y en el que se constata, no obstante, que el gasto de los hogares españoles en estos productos fue de 70.700 millones de euros el año pasado, un 0,6 por ciento más que el año anterior.

La diferencia entre la caída del consumo y el incremento del gasto se explica por el aumento de los precios en un 1,2 %, porcentaje que en cualquier caso es inferior al IPC general del país, que llegó casi al tres por ciento en 2012.

Las tres cuartas partes de lo que gastamos el año pasado en la cesta de la compra fue para alimentación envasada (el 41 por ciento del total) y productos frescos (34 %). En la primera el consumo aumentó el 0,4 por ciento y los precios un 1,9 por ciento respecto al año anterior, mientras que en los segundos las ventas descendieron el 1,4 por ciento, lo que se vio contrarrestado por una subida de precios también en el mismo porcentaje.

Los gastos de los hogares en droguería y perfumería supusieron el 14 %, un 2,4 por ciento menos que en 2011, lo que situó a este sector como el que sufrió el descenso más acusado del consumo, con una caída especialmente significativa en los productos de belleza.

Los llamados artículos de belleza selectiva registraron un descenso del 8,7 por ciento de su valor y los de belleza de gran consumo del 4,4 por ciento, mientras que el mercado de los productos de higiene bajó un 2,1, y el de droguería en un 0,6.

Las bebidas representaron el diez por ciento del gasto de los hogares en productos básicos y tuvieron un año estable en ventas.

Un fenómeno a destacar dentro del anuario es el de las tiendas regentadas por inmigrantes, que están logrando amortiguar el descenso de las tiendas tradicionales de alimentación, que han pasado de 34.599, en 2010, a 32.805, en 2012.

Por contra, las tiendas con propietarios extranjeros han pasado de 4.913 en 2010 a 5.844 en 2011 (un 19 por ciento más) y 6.781 en 2012 (un 21 por ciento más).

En los últimos tres años han pasado de representar el 14 % de todo el comercio de este tipo al 21 por ciento, con lo que se puede decir casi que actualmente uno de cada cinco tiendas tradicionales pertenece a inmigrantes.

También hay más hipermercados y supermercados, 16.947 en diciembre de 2012, un 1,2 por ciento más que en años anteriores, y con una superficie comercial de 11 millones de metros cuadrados, un 1,6 por ciento más que en 2011.

El informe refleja también el aumento de cuota de mercado de las marcas blancas, con una media del 36,7 por ciento, pero rozando el 60 por ciento (58,8 por ciento) en droguería y limpieza.

En alimentación, las marcas blancas suponen el 43,5 % por ciento de las ventas, y en refrigerados y congelados llega al 40 %.

Las secciones con menor presencia de las marcas blancas siguen siendo la perfumería y la higiene, que logra el 22,4 % de cuota, aunque las bebidas sólo llegan también al 20 %.

Otra cuestión que aborda el informe al margen de esta cesta de productos básicos es el mercado de consumo farmacéutico, que ascendió a 16.131 millones de euros en 2012, lo que supone un descenso del 5,8 por ciento en valor y del 1,7 % en volumen de ventas.

De las ventas en farmacias y parafarmacias, el 81,2 por ciento corresponde a los medicamentos.