El Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) está considerado desde hace décadas un centro de referencia mundial en el control de las biotoxinas. Pero ahora se ha convertido también en un laboratorio pionero en la aplicación de los nuevos métodos analíticos implantados por la Unión Europea, lo cual confiere a estas instalaciones con sede en Vilaxoán (Vilagarcía) un liderazgo indiscutible en lo que se refiere a análisis y seguimiento de las aguas y los productos que en ellas se desarrollan, con el fin último de garantizar la máxima calidad alimentaria al consumidor.

Después de varias décadas de resultados óptimos en la aplicación del bioensayo en ratón, los lectores recordarán que hace unos años surgió la polémica, cuando la UE quiso imponer un nuevo sistema de control, el popular o coloquialmente conocido como métodos químico.

Una de sus ventajas es que acaba con la muerte de los ratones de laboratorio usados para probar la existencia o no de biotoxinas en las rías. Pero en el lado contrario de la balanza está el hecho de que se trata de un método más caro y menos fiable.

Por este motivo, la Xunta se opuso a la aplicación de ese nuevo método químico, alegando que no serviría para mejorar lo resultados del bioensayo ya implantado. Pero España nada pudo hacer en Bruselas y el método químico acabó implantándose, de tal modo que en la actualidad es el método de referencia, y aunque convive con el bioensayo, a partir del 31 de diciembre de 2014 será el único.

Lo que hizo Galicia, a pesar de mantener que ese nuevo sistema no es el idóneo, fue adaptarse para poder aplicarlo con las máximas garantías y así salvaguardar tanto a los productos gallegos como a los productores, puesto que sin un sistema oficial autorizado y certificado para controlar la presencia de biotoxinas sería imposible comercializar los moluscos bivalvos obtenidos en las rías gallegas.

Y Galicia, por medio de Intecmar, no solo ha logrado adaptarse al nuevo método y hacerlo merecedor de las primeras certificaciones que acreditan su validez, demostrando que la comunidad autónoma ha hecho los deberes, sino que lo ha logrado en un tiempo récord, y desde luego mucho antes que terceros países, e incluso antes que algunos que suspiraban por el nuevo método químico y que, sin embargo, aún están lejos de poder aplicarlo.

En resumen, que dicho de un modo coloquial, Galicia ha hecho los deberes e Intecmar no solo se consolida como un centro de referencia mundial, sino que se convierte en punta de lanza de la nueva etapa iniciada en la UE para detectar biotoxinas. Podría decirse que Galicia siempre ha estado en la "primera división" de la lucha contra las biotoxinas en el mundo. Y lo que sucede ahora es que gracias a la experiencia acumulada en el Intecmar durante casi medio siglo y a su capacidad para adaptarse a las nuevas imposiciones europeas, la comunidad autónoma ocupa el primer puesto de esa clasificación mundial.

El laboratorio mejora sus competencias

El Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) no solo ha sido acreditado por la Entidad Nacional de Acreditación para aplicar el método químico de biotoxinas marinas. También se amplía el alcance de la acreditación de que disponía para los laboratorios de Hidrocarburos, Biogeoquímica y Microbiología. Es decir, que las instalaciones de Vilaxoán mejoran sus resultados y cobran mayor protagonismo mundial, pues como bien indican en la Xunta, "la acreditación es el reconocimiento formal de la competencia técnica de un laboratorio para la realización de ensayos, y es requisito imprescindible para que la autoridad competente pueda designarlo como ´laboratorio oficial´".

Y según la legislación europea, cabe advertir, "solo pueden tener esa condición los laboratorios evaluados y acreditados de acuerdo a la norma EN ISO/IEC 17025, que es lo que la ENAC acredita".

Todo esto es posible gracias al trabajo efectuado a diario por los profesionales del Intecmar, donde realizan cada año del orden de 135.000 "determinaciones analíticas". Esto se logra mediante 273 puntos de muestreo situados en las bateas de mejillón, en áreas donde hay producción de mejillón de roca y en zonas productoras de moluscos bentónicos, infaunales y epifaunales. El año pasado se realizaron en las instalaciones del muelle vilaxoanés 10.426 análisis para el control de las biotoxinas.