"Mazazo definitivo", "golpe mortal" o "desastre absoluto". El sector eólico no ahorra en calificativos para arremeter contra la decisión del Gobierno de suprimir las primas a las renovables. Iniciativa aprobada vía Real Decreto -publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado- y que es un arma de doble filo. Primero, porque obliga a las empresas a elegir entre vender la electricidad directamente al mercado (ahora ya sin primas) o acudir a la tarifa regulada. Y segundo, porque los incentivos (la revisión en las actividades reguladas) se desvinculan por completo del Índice de Precios al Consumo (IPC). Esto último implica que los incentivos a las renovables subirán menos que el IPC anual, lo cual se traduce en un recorte de este tipo de primas. La combinación de ambas decisiones se traduce en pérdidas "inmediatas" por unos 45 millones de euros para el sector eólico gallego solo para 2013, según fuentes de la patronal.

La Asociación Empresarial Eólica cifró este viernes en 600 los millones que dejará de ingresar el sector solo en 2013 como consecuencia de varias decisiones que ha tomado el Ministerio de Industria en los últimos meses. A lo publicado ayer en el BOE hay que sumar "medidas como la rebaja temporal del 35% de las primas a los parques en marcha o el nuevo impuesto del 7% a la generación". Teniendo en cuenta que la potencia instalada en Galicia representa algo más del 15% en todo el Estado, las empresas perderán unos 90 millones de euros en la facturación.

Nuevo plan sectorial

"El concurso eólico está muerto, estamos esperando a que la Xunta se pronuncie y haga algo", indicaron a FARO fuentes del sector. La Consellería de Industria eludió ayer, no obstante, ofrecer alguna valoración a la decisión del ministro José Manuel Soria. "Queremos que hable el conselleiro y modifique la ley eólica para quitar esa especie de impuesto feudal (por el canon eólico, avalado por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia) y proponga un nuevo proyecto sectorial", reclaman desde las empresas eólicas gallegas.

El sector, no obstante, cree que ahora "sería el momento para consensuar el futuro" de la energía eólica gallega. Pero, dada la "incertidumbre actual" y el vendaval de crisis económico, ya no hablan de reactivarlo de forma inmediata sino de "reconvertirse para cuando vengan tiempos mejores".

A nivel estatal las sensaciones no son más halagüeñas. "Es un nuevo despropósito, un desastre", condena el secretario de la Fundación Renovables, Sergio de Otto. "El Gobierno sigue dando bandazos y las renovables no son las culpables de la mala regulación del sistema eléctrico español", agrega. De Otto se lamenta de cuando España era "la envidia del mundo en cuanto a la implantación de renovables, y ahora todos progresan y esta nueva medida amenaza seriamente la viabilidad de muchos parques".

Los propietarios de las parcelas de monte eólico (de la Asociación Ventonoso) alertan que muchas "pequeñas empresas" irán "a la quiebra. "Se va a llenar el monte de chatarra eólica", sentencian.