En el caladero de NAFO (Northwest Atlantic Fisheries Organization, o Organización de Pesquerías del Atlántico Noroeste) faenaban 144 barcos en el año 2004. La inmensa mayoría de éstos, hasta 63 buques, eran de pesca de fondo. El resto de pesqueros se dedicaban al arrastre de superficie o al camarón, como desglosa la organización internacional en su último informe anual relativo al año 2011. En los últimos siete años la presencia de buques con cuota se ha reducido de manera exponencial. Hay un 60% menos. Son 57 los pesqueros que acuden a este caladero, de acuerdo con la misma estadística, y 15 de ellos tienen base en Vigo, Marín y Cangas do Morrazo. Una reducción que se plasma también en el número de jornadas trabajadas, que se ha reducido en un tercio en el mismo periodo.

Esta pesquería se ha caracterizado en los últimos años por un control extremo en las capturas de los pesqueros, como así lo han manifestado desde los armadores y colectivos del sector españoles. En 2011 el 93% de la actividad pesquera fue copada por los arrastreros de fondo dentro de las áreas establecidas por NAFO. En este caso, el arrastre trabajó en el área 6G, situada frente a las costas de Canadá. La mayor parte del espacio oceánico que está bajo control del organismo está cerrado a esta arte de pesca, calificada como "destructiva" por organizaciones como Greenpeace.

Incidentes

Durante el año 2011, y pese al "riguroso control" –como apuntaron fuentes de NAFO a este diario–, se registraron doce incidentes. Todos ellos, no obstante, fueron calificados como "no graves". La organización no especifica qué banderas tenían los buques sancionados, aunque sí destaca que el incidente "más serio" fue el protagonizado por un pesquero que no descartó "pescado capturado accidentalmente".

Curiosamente NAFO considera este problema más grave que los que se produjeron por capturas fuera de cuota –con dos incidentes– o por falta de información relativa a las capturas diarias –otros dos incidentes en 2011–. Y es que NAFO cumple celosamente el criterio ambiental más allá de el político al entender que éste último se soluciona con "expedientes sancionadores". El daño al mar, tal y como se desprende del informe, no es reparable con dinero. Para evitar más conflictos de este tipo la institución aprobó la creación de una web restringida para el uso de inspectores de modo que "monitoricen a tiempo real" la actividad de los pesqueros.

Menos barcos

En 2010 había 42 barcos de arrastre de fondo con permiso para faenar en NAFO, cifra que aumentó hasta los 47 buques durante 2011. Pero este incremento se compensó con una nueva reducción de la flota dedicada a la captura de camarón, que se redujo un 50% (al pasar de 16 a 8 barcos). Entre 2004 y 2011 desaparecieron de las aguas de la NAFO más del 65% de los buques.

En cuanto a las especies, los científicos han detectado que la mortalidad del bacalao fue más elevada "de lo deseable". Sin embargo, "el desove ha crecido" gracias, a su entender, a la política de control puesta en marcha por los expertos. "Esto no se refleja en el tamaño de la población en términos globales", sostiene el informe, ya que "sigue por debajo de los niveles de 1980". El año pasado se cumplió la cuota de capturas de bacalao con 9.280 toneladas, "tal y como se había establecido por parte del comité científico".

La caída de buques con permiso para faenar camarón (de 33 a 8 en siete años) se debió a la falta de stock, según NAFO. "Las capturas alcanzaron su punto álgido en 2003 con 60.000 toneladas", recoge el informe. La especie está ahora bajo una "moratoria" porque "no hay signos de que el stock se haya recuperado".

El próximo encuentro anual, que se celebrará en otoño, dirá si la reducción de cuotas prosigue o si, por contra, NAFO vuelve a parecerse a lo que fue antaño.