El sector de la energía eólica marina abre una puerta para que astilleros e industrias auxiliares del naval de la comarca viguesa puedan diversificar su producción. Los astilleros Vulcano y Barreras, sin actividad en estos momentos en sus gradas, y la industria auxiliar Aister se han reunido para analizar las oportunidades que este segmento ofrece para obtener nueva carga de trabajo. Las conclusiones y propuestas de este encuentro fueron trasladadas al conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, quien mostró su interés en el proyecto.

Estas tres empresas consideran que, ante la falta de contratos de barcos con tax lease, el campo de la energía eólica marina abre un interesante futuro. El proyecto para que las empresas gallegas entren en esta industria está capitaneado por la firma viguesa GB Dosvalor, que preside Juan Güell, y que ha reunido al director general de Vulcano, José Domínguez; al ingeniero naval del astillero Barreras, Ernesto Seidel; y al presidente de Aister, Federico Fernández Cervera-Barreras.

El negocio de la industria eólica marina despegó en los países del norte de Europa, mientras que los del sur le prestan por ahora poca atención. El informe de la Red Transnacional Atlántica (RTA), en la que participan los CES (Consejos Ecomómicos y Sociales) –u organismo similares– de Francia, España y Portugal correspondiente a 2010, ya exponía la posibilidades de negocio para la industria naval y sus auxiliares.

Este informe destaca que la "integración de las energías renovables marinas en el tejido industrial y empresarial puede suponer importantes consecuencias en el desarrollo socioeconómica de la zona, bien mediante la diversificación y reconversión de sectores maduros, bien mediante la creación de nuevas actividades, fomentando la creación en ambos casos de nuevos puestos de trabajo".

El proyecto en el que sopesan entrar Vulcano, Barreras y Aister afecta de lleno a los astilleros y a la industria naval auxiliar de la comarca viguesa. De hecho, el informe de la RTA señala que la energía eólica marina necesitaría la participación de empresas de construcción naval y off shore, trabajos de calderería; diseño, fabricación y suministro de equipos y sistemas (eléctricos, electrónicos, mecánicos, de instrumentación y control, tuberías y cableado, etc) nuevos desarrollos de acuicultura compatibles y biología aplicada a las algas, en el caso de proyectos para obtener biocombustibles de las mismas.

Otro aspecto que se precisa son instalaciones a pie de mar, como muelles de más de 100 metros para acoger a los barcos encargados del transporte y montaje las estructuras necesarias tanto para las torres eólicas marinas como para otros sistemas de energía como la maremotriz.

"En los muelles deberían estar situadas empresas de construcción naval, disponiendo de suficiente superficie de almacenaje donde situar los elementos fabricados durante el periodo otoño-invierno, que serían instalados durante las "ventanas temporales" de primavera-verano, señala el informe.

El informe de RETA afirma que en Alemania, donde la instalación de turbinas eólicas marinas está bien desarrollada, se nota que la actividad de los puertos de Bremerhaven y Cuxhaven, que habían entrado en una fase de ralentización económica, se ha redinamizado gracias a la implantación de empresas especializadas en eólica off shore (mar abierto) o a la reconversión de empresas para adaptarse a este dinámico mercado.

"A modo de ejemplo, en 2010 se han creado cerca de 3.000 empleos en dichas ubicaciones a pesar de que no tienen, hasta el momento, ninguna instalación eólica en el mar".

Para los astilleros vigueses existe una gran oportunidad de entrar en ese mercado, si bien un número de los buques de instalación de las plataformas eólicas marinas ya se encuentran en construcción, otros están en fase de desarrollo y que dependen en gran medida de encontrar fuentes de financiación.

Sin embargo, el informe señala que esto no supondría una dificultad porque alguno de los potenciales armadores son importantes firmas de construcción civil, que disponen de fuertes recursos propios para acometer la construcción de los nuevos barcos.