Se había avanzado pero ayer se confirmó y hoy se firmará: el fabricante automovilístico francés PSA y el estadounidense General Motors (GM) acordaron una "alianza estratégica mundial", que convertirá al grupo de Detroit en el segundo accionista del francés, por detrás de la familia Peugeot, propietaria histórica del gigante galo. La alianza fue comunicada solo unas horas antes de hacerse pública a los representantes sindicales del fabricante francés. También a los de las plantas de Vigo y Madrid y, así, tres de ellos tuvieron que desplazarse con urgencia ayer por la mañana a París para recibir datos de la operación.

Según el acuerdo, GM se hará con un 7 % del capital de PSA mientras que la empresa francesa "tendrá que proceder a una ampliación de capital con derecho preferente de suscripción de aproximadamente 1.000 millones de euros", según ambos grupos. La propia familia Peugeot acudirá a la ampliación de capital con unos 150 millones de euros, como "testimonio de la confianza en el éxito de la alianza" con GM, según señalaron los responsables del acuerdo.

Inicialmente, PSA y General Motors, que mantendrán sus marcas, compartirán las plataformas de sus vehículos, componentes y módulos. A corto plazo se centrarán en vehículos de pequeño y medio volumen, monovolúmenes y cuatro por cuatro. Posteriormente, prevén desarrollar conjuntamente una nueva plataforma para vehículos con bajas emisiones de dióxido de carbono, que serán comercializados a partir de 2016.

Central común de compras

Además, crearán una empresa conjunta para la compra a nivel mundial de los productos y servicios, con un volumen conjunto de unos 93.500 millones de euros. Tal empresa conjunta comprará componetes para la fabricación de más de 12 millones de vehículos, frente a los algo más de 3 que ahora adquiere en solitario el grupo PSA, según fuentes sindicales de la planta viguesa consultadas por este diario.

Los dos grupos calculan el total de las sinergias esperadas en unos 1.500 millones de euros en los próximos cinco años. "La alianza sienta las bases de cooperaciones futuras en otros campos de actividad", agregaron.

"Debe quedar claro: es una alianza, no una fusión", y "las dos empresas seguirán operando de manera independiente", y deberá aportar cuantiosos ahorros, especialmente en Europa, subrayaron responsables de GM y PSA en una conferencia de prensa telefónica tras el anuncio del acuerdo.

PSA, cuya deuda ascendía a 3.359 millones de euros a final de 2011, vio caer sus ventas de vehículos nuevos, afectado en parte por la bajada de la demanda en Europa. El pasado ejercicio logró un beneficio neto de 588 millones, una caída del 48 % respecto a 2010 atribuida a los malos resultados en Europa.

GM, por su parte, no alcanza cotas de rentabilidad en Europa, donde perdió unos 559 millones de euros. Sin embargo, en el conjunto de sus actividades en 2011, GM logró un beneficio neto récord de 5.700 millones de euros gracias a la fortaleza de sus ventas en EE UU y China, solo dos años después de la quiebra por la que casi desapareció.

Opel cuenta en España con una planta en Figueruelas (Zaragoza) que emplea a unos 5.760 trabajadores, mientras que PSA dispone del centros de producción en Vigo –7.000 trabajadores– y Madrid, con unos 1.500.

La confirmación de la alianza fue recibida con "expectación" pero también con "dudas" entre los responsables sindicales de la planta de Vigo, que al margen de las "cosas bonitas que nos contaron y aceptando que esto puede ser positivo para el grupo porque recibe una inyección de capital, la pregunta es qué va a pasar con todo el aparataje industrial, con las fábricas de los dos grupos en Europa, con los departamentos de compras si se crea una empresa central de compras". Las fuentes indican "por el momento no hablan de eso y aunque no queremos hablar de preocupación sí hay que reconocer que todo esto genera dudas".

Representantes de los trabajadores de PSA en Vigo aprovecharán la reunión prevista para hoy con la dirección para la negociación del nuevo convenio equerirán más información de la alianza con GM.

Ayer, para lograr mejoras en el convenio, como lo relativo a la flexibilidad laboral, se realizó un concentración convocada por CC OO y CIG a primera hora de la tarde ante el edificio de la dirección de la fábrica de Balaídos en la que participaron unos 800 trabajadores, según los convocantes