Los pesqueros del caladero del Cantábrico Noroeste que desde el pasado lunes participan en la campaña de la caballa, en su mayor parte gallegos, comenzaron a regresar ayer a los puertos para descargar las capturas obtenidas en su primera marea.

Los muelles de Cantabria y el País Vasco, por ser los más cercanos a los caladeros del golfo de Vizcaya, acaparan la mayoría del pescado obtenido por las más de 150 embarcaciones que se encuentran en la zona. Las escasas capturas en el inicio de la campaña han hecho que la cotización se situara, por ejemplo en Cantabria, en unos 2,5 euros por kilo.

La participación de buques gallegos es la mayor de los últimos ejercicios en la campaña de la caballa, con más de un centenar de unidades, tanto de grandes dimensiones como pequeñas. En años precedentes la participación en la campaña de la caballa por barcos con puerto base en Galicia no acostumbraba sobrepasar las setenta unidades.

Este año, en cambio, acuden a la costera del verdel los buques tradicionalmanete dedicados a esta especie, como los grandes buques de cerco, volanta, rasco y palangre –entre 50 y 70– pero también barcos de artes menores, según el sector. Y ello por los buenos precios que suele alcanzar la especie en lonja –cerca de 2 euros por kilo– y ante el previsible cierre de la pesquería en apenas unas semanas, como ocurrió el año pasado, cuando la actividad quedó prohibida apenas dos semanas después de su apertura.

La flota del Cantábrico Noroeste cuenta este año con un cupo de 24.437 toneladas de caballa, frente a las 24.372 de 2011, después de que el Consejo de Ministros de Pesca de la UE de diciembre decidiese incrementar en un 0,27% los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas de esta especie.

La bajura podrá consumir en esta campaña un 93% del cupo y un 7% lo reservó el Gobierno para la segunda mitad del año para compensar posibles capturas accidentales de los barcos de cerco.