El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal presentado por la maderera gallega Finsa afectará al final a 1.350 trabajadores de sus cuatro plantas en la comunidad y no a 650 como se había anunciado. Portavoces de la multinacional matizaron ayer a FARO que esta decisión ya se había tomado otros años como medida "preventiva" pero al final no se llegó a aplicar. "Esperamos que esta vez sea igual", explicaron. El expediente, que fue aprobado por el 86% de la plantilla, es para un periodo máximo de 125 días este año por la bajada de la producción.

Del total de trabajadores sujetos al ERE, 650 pertenecen a las instalaciones centrales de Santiago, mientras que el resto se reparten entre los otros tres centros gallegos. También el número de días previstos de paro varían en función de cada planta. Así, para los trabajadores de las fábricas de Ourense, Padrón y Lugo se han pedido 125 días; para los de Santiago, 75 días, y para los de servicios centrales, 30, según avanzaron ayer responsables de CC OO. El ERE es rotativo y se completa el salario hasta el 90% sobre la base de cotización.

El ajuste solo está pendiente del visto bueno de la autoridad laboral, y las tres centrales sindicales con representación en los comités de empresa de las plantas gallegas (UGT, CC OO y USO) de Finsa han aceptado la medida como herramienta para preservar el empleo, a la espera de que el sector maderero, muy vinculado al de la construcción y el mueble, mejore. En este sentido, los sindicatos recuerdan que Finsa es uno de los principales "activos" de la economía gallega en materia de exportaciones.

Cierre en Mondoñedo

La crisis de ventas ya obligó a la empresa maderera a anunciar el cierre de su planta de Mondoñedo (Aglomerados ECAR), al igual que ocurrió antes con la de Guernica. Ayer mismo, el alcalde de Mondoñedo, Orlando González, aseguró que el cierre de Finsa es "irreversible y no tiene marcha atrás" después de mantener una reunión con la dirección de la firma y el conselleiro de Industria, Javier Guerra.

Otros planes muy distintos tiene la maderera gallega para la planta de laminados que posee en EE UU, propiedad de Tableros Faus, empresa de la que es accionista mayoritario con Novagalicia, y que tiene sus instalaciones centrales en Gandía. La empresa explicó que Faus está en "proceso de búsqueda de alianzas o nuevos socios que aporten sinergias al negocio y permita recuperar las capacidades de distribución que se han mermado como consecuencia de la crisis del sector en EE UU".

Según explicaron ayer portavoces de Finsa, su participada Faus, en suspensión de pagos, está negociando con los acreedores para alcanzar un acuerdo de refinanciación o para obtener adhesiones a una propuesta de convenio –un calendario de pagos– que le permita continuar con sus compromisos económicos. Afirmaron que desde 2007 esta compañía se ha visto "muy afectada" por el desplome del mercado inmobiliario y la debilidad del dólar frente al euro, lo que ha repercutido en una caída de la producción del 56%.