Los piratas que asaltaron al petrolero "Mattheos I" vendieron en alta mar a dos buques clandestinos sin bandera las 7.500 toneladas de gasóleo robadas, en sendos trasvases realizados en los once días que duró el secuestro. El capitán del "Mattheos I", el peruano Luis Alberto Chamochumbi, reveló ayer en Madrid lo que lo piratas hicieron con la carga confiscada mientras permanecían retenidos sus 23 marinos.

Chamochumbi llegó ayer al aeropuerto de Barajas junto con tres de los cinco españoles que integraban la tripulación y en una rueda de prensa en la sede de la empresa propietaria del barco, Consultores de Navegación, en Madrid, contó los detalles del secuestro. Así, desveló que de las entre 7.600 y 7.800 toneladas de gasóleo robadas, de las 40.000 que transportaba el "Mattheos I", unas 5.000 fueron vendidas a un buque, y el resto, a otro, ambos sin bandera.

"La persona que está en tierra comunicándose con ellos (los piratas) permanentemente busca compradores y una vez que lo consiguen mandan al buque a la posición donde va a estar el buque esperando", dijo.

También aseguró el capitán que en el momento del trasvase del gasóleo en alta mar, los piratas estaban "nerviosos" al temer que se les tendiera alguna trampa, aunque no abrieron fuego en ningún momento.Chamochumbi recalcó que los once piratas que integraban el grupo estaban "muy organizados" y conectados en todo momento con un teléfono satélite.

"Saben lo que hacen, lo que buscan y qué van a hacer con lo que buscan", añadió, para luego concretar que los asaltantes hablaban inglés y un dialecto nigeriano, eran de distintas edades y complexión atlética.

La portavoz de la naviera, Sheena Campbell, por su parte, negó de plano que se pagara rescate por la liberación."Nunca hubo ningún contacto con ellos (los piratas). Nada, nada, nada, seguro que no. Ni con la Armada, ni con el Ministerio de Exteriores. Nunca pidieron ningún rescate. No se pagó nada, ni se pidió nada", aseguró.

Chamochumbi reconoció que temió por su vida y por la de los tripulantes, a pesar de que les dijeron cuando perpetraron el asalto que su única intención era robar la carga y las pertenencias de los marineros.

El peor momento, reveló, fue durante el asalto, así como los primeros días, que también fueron "bastante tensos porque (los piratas) querían demostrar su autoridad"."Siempre andaban con armas, que eran tipo metralletas", recordó el capitán.

Los tripulantes fueron divididos en tres grupos, sin ser amarrados, ni amordazados, aunque sí encañonados cuando se acercaba algún barco.