La venta de productos químicos de gran consumo ha dejado de ser la principal fuente de ingresos del grupo Zeltia. En 2010, y por primera vez en la historia de la biotecnológica viguesa, su división farmacéutica (PharmaMar, Noscira, Genómica y Sylentis) facturó más que las dos filiales químicas de Porriño: Zelnova (con productos como ZZ Paff o Casa y Jardín) y Xylacel (barnices y pinturas). Lo anunció ayer el presidente de Zeltia, José María Fernández, quien achacó el cambio de tendencia a las ventas del antitumoral Yondelis. El sector químico obtuvo un volumen de negocio en 2010 de 73,2 millones de euros (2,1 millones más que en 2009), frente a los 79,4 millones de la división biofarmacéutica (el año anterior su facturación fue de 51 millones).

El grupo Zeltia celebró ayer en Vigo su junta general ordinaria y extraordinaria, en la que se procedió a la aprobación de las cuentas del año pasado (las pérdidas se redujeron a 7,35 millones de euros) y del informe de gestión. Fernández afirmó que 2010 fue un año "difícil" para la industria farmacéutica debido a los dos decretos que recortaron "fuertemente" el precio de los medicamentos "del 15% al 10%".

El presidente de Zeltia explicó que a la bajada de precios se suman los retrasos en el cobro de los medicamentos. Así, aseguró que la sanidad española adeuda al grupo 6 millones de euros (sobre todo del Yondelis). De todas las comunidades, Navarra, País Vasco y La Rioja son las que "pagan en mejor plazo de tiempo". "Galicia también es de las que pagan bien", matizó.

En este contexto, Fernández reconoció que las dificultades que está teniendo su socio Johnsons&Johnsons para comercializar el Yondelis para cáncer de ovario en EE UU retrasará la salida de pérdidas del grupo vigués, prevista para este año. La agencia americana del medicamento, (la FDA: Fud and Drug Administration) reclama estudios adicionales del antitumoral para el tratamiento de la enfermedad.

Ampliar las patentes

Preguntado por las consecuencias que está teniendo en la industria farmacéutica el impulso a los medicamentos genéricos, Fernández hizo un llamamiento a la necesidad de alargar la vida de las patentes para que las empresas puedan recuperar la inversión. El químico explicó que las patentes se caen a los "17 y 20 años", periodo tras el que ya se puede fabricar un genérico. "Cada vez piden más datos para probar un fármaco; eso significa que queda menos tiempo de recuperar una inversión muy fuerte en la que hemos corrido muchos riesgos", señaló.

Al "acortarse esos tiempos", las compañías farmacéuticas "ponen precios más altos a esos fármacos", lo que provoca que las administraciones, "para contener el gasto", retrasen los reembolsos y "estén muy interesadas en que enseguida haya genéricos". "Si no investigamos hoy, enfermedades que aún tenemos que curar van a sufrir un parón en su investigación y dentro de quince o veinte años no vamos a tener las medicinas que deberíamos aspirar a tener", advirtió.

Uno de los compuestos que más expectativas ha generado en PharmaMar es el PM01183 para cáncer de páncreas. "Estamos muy ilusionados", afirmó Fernández, quien señaló que el PM01183 "tiene una ventana terapéutica muy amplia y grandes márgenes de seguridad". Este confirmó que la fase II tendrá una duración de entre 18 y 24 meses, momento a partir del cual "empezarán a verse resultados" y no descarta que pueda ser su nuevo "fármaco estrella".