La industria gallega de la madera alertó ayer de la pérdida de masa forestal en la comunidad en los últimos años, a la que ahora se suma la plaga del nemátodo del pino –el principal recurso de aserraderos y rematantes sobre todo–, que ha obligado a poner en cuarentena un radio de veinte kilómetros alrededor del brote, en el municipio de As Neves. El sector, con motivo de la celebración el lunes del Día Internacional Forestal, recuerda que las administraciones públicas mantienen una deuda histórica con el monte gallego de unos 600 millones de euros.

Las empresas madereras aseguran que la superficie arbolada en Galicia se sitúa en una cantidad sensiblemente inferior a la que se ha venido manejando desde finales de los 90, cuando se publicaron los datos en Galicia del Tercer Inventario Nacional Forestal (1996). Así, según el estudio Recursos Forestales de Galicia 2005-2008, realizado por un equipo multidisciplinar de las universidades de Vigo y la Politécnica de Madrid, Galicia ha sufrido una pérdida de sus recursos forestales en los últimos quince años que podría llegar al 30%.

Esta tendencia, según el sector, es significativa en las masas de pino y en tres de las cuatro provincias gallegas: Pontevedra, Ourense y A Coruña. Ante esta situación, el estudio apunta que la industria de la madera en Galicia se enfrenta a una situación de escasez de materia prima que pone en "claro peligro" su futuro. De este modo, "ni los recursos disponibles ni el crecimiento natural del monte son suficientes para satisfacer las necesidades de la industria a medio plazo".

Los madereros argumentan que a la situación de crisis que atraviesa esta industria por la caída de ventas se suman ahora las restricciones a las que se ven sometidas cuarenta empresas de la madera tras la aparición del brote de nemátodo del pino en la provincia de Pontevedra. Cuatro meses después, la industria desconoce aspectos relevantes de las medidas para la erradicación del temido gusano del pino, con la consecuente pérdida de 350 puestos de empleo.

Deuda histórica

En un comunicado conjunto enviado ayer por las principales asociaciones sectoriales de la madera en Galicia (Fearmaga, Monte Industria, Clúster de la Madera y Feceg), la industria recordó que en 1992 se aprobó el Plan Forestal Gallego con un periodo de vigencia de 40 años. Este plan preveía unas inversiones a partes iguales entre capital privado y público, éste último con una aportación anual media entorno al 3% del presupuesto anual autonómico.

Desde su aprobación –apunta el sector–, las inversiones productivas en el monte han quedado en un 40% de las previstas, acumulando una deuda histórica de 600 millones de euros. Galicia cuenta con una superficie forestal de cerca de 2 millones de hectáreas de las cuales, a día de hoy, solo el 29% está en condiciones de aportar materia prima a la industria.

La industria de la madera gallega facturó hace dos años 1.619 millones de euros, un 28% menos que en 2008, y perdió por efectos de la crisis 3.300 empleos, aunque mantiene en el conjunto 22.700 puestos de trabajo. El sector presentará los resultados de 2010 próximamente.