Astilleros Freire están finalizando la construcción del oceanográfico "Pegaso", que fue botado el 17 de marzo del pasado año. Se trata del buque de investigación marina privado más avanzado del mundo y ha sido encargado por Alejandro Burillo Azcárraga, magnate del sector de las telecomunicaciones en México.

El barco no destaca por su tamaño, 73 metros de eslora, sino por sus especiales características que lo asemejan a un gran yate de lujo cuyo precio mantiene en secreto el presidente del astillero, Jesús Freire, ya que en el momento del contrato la naviera impuso unas cláusulas de "confidencialidad" al respecto.

El oceanográfico, que estará abanderado en Luxemburgo, formará parte del Grupo Pegaso, una de las numerosas sociedades que componen el entramado empresarial de la familia Azcárraga. Este especial pedido al astillero Freire tiene como origen la gran afición de su armador, Alejandro Burillo Azcárraga, por la investigación del mundo submarino. El barco será charteado a universidades y centros de investigación marina del todo el mundo, pero su propietario tiene la intención de seguir muy de cerca las misiones científicas que realice. Para ello se ha hecho construir en una de las cubiertas principales una vivienda de gran lujo con una superficie de 120 metros cuadrados.

El barco fue construido bajo estrictas medidas de seguridad. El astillero Freire habilitó durante unos meses una gran carpa en una de sus gradas para que el oceanográfico pudiera tomar forma lejos de la mirada de extraños. Al final la carpa, que entre otras misiones tenía la de evitar imperfecciones en la pintura a causa del polvo o de la lluvia, se convirtió en una trampa ya que los temporales del año pasado terminaron por derribarla y causaron importantes daños al buque.

El barco tiene una eslora de 73,5 metros y una manga de 13, pero lo más destacado es que dispone de una autonomía de 10.000 millas náuticas con lo que sería capaz de navegar hasta Australia y volver sin necesidad de repostar, además de alcanzar una velocidad máxima de 17 nudos. Tiene capacidad para albergar a 32 personas, entre tripulación y científicos. Su imagen se puede observar ahora en la curva de San Gregorio, ya sin las lonas que hasta hace poco lo seguían cubriendo.

El diseño del barco permite destinar a la acomodación de la tripulación un total de 328 metros cuadrados, 294 para los equipos científicos y otros 33,4 para el laboratorio.

Toda la superestructura del puente ha sido construida en aluminio por la empresa viguesa Aister, con sede en Domaio (Moaña).

Submarino y helicóptero

El "Pegaso" es capaz de albergar un submarino de nueve metros de eslora en su interior, capaz de transportar a seis personas hasta los 165 metros de profundidad. Su velocidad en inmersión es de ocho nudos.

Lo más espectacular es que el submarino, construido en un astillero de Trieste (Italia), se aloja en el interior del casco del que sale y entra a través de una escotilla y, como muy gráficamente explica el presidente del astillero, Jesús Freire, "opera como los de las películas de James Bond". Pero si esto fuera poco, el "Pegaso" también es capaz de transportar un helicóptero. Para ello se ha diseñado una plataforma de aterrizaje deslizable, de manera que pulsando un botón se extiende sobre cubierta de la misma manera que se recoge cada vez que la aeronave llega o abandona el barco.