El aeropuerto de Vigo vive estos días un inusitado movimientos de mercancías de la mano, una vez más, de industrias del sector del automóvil. A los cargueros con carga para Citroën operados desde principios de año se sumaron ayer dos pequeños Antonovs con casi diez toneladas de piezas para la factoría de Balaídos.

Procedentes de Dusseldorf, ambos aviones –Antonov 26, de la mítica fábrica rusa, y de propiedad húngara– aterrizaron en Peinador entre las 00.45 horas y las 12.00 horas de ayer, con 4.200 y 3.700 kilos de piezas, en su mayoría centralitas, embaladas en 34 palés, según fuentes de Gefco, la filial logística de PSA, que suspiraron aliviadas cuando por fin vieron los dos aparatos sobre la pista viguesa.

Y es que las limitaciones horarias del aeropuerto vigués mantuvieron en vilo el día anterior a los responsables de la descarga de esas mercancías. Por un problema de producción que un portavoz de Citroën atribuye a la fábrica alemana, la salida de los aviones desde Dusseldorf se retrasó más de la cuenta. Además, debían hacer una parada en Francia para repostar. Estas circunstancias obligaron a reajustar los horarios de llegada, y también se barajaron cambios en el aeropuerto de destino. En un principio, la reprogramación del vuelo de al menos uno de ellos situó su aterrizaje en Vigo en torno a la una de la madrugada, la misma hora a la que cierra la terminal. "Si tardase un minuto más no podría entrar aquí. A esa hora estamos cerrados y no hay controladores", explican fuentes aeroportuarias.

Y no sería la primera vez que Lavacolla u Oporto recibiesen aviones desviados de Vigo por culpa del reducido horario de esta terminal. Gefco ya tenía preparado un "Plan B" por si al final debía desplazar sus camiones hasta un aeropuerto alternativo. Por fortuna, el primer Antonov "entró por los pelos" en Vigo, y no fue necesario derivarlo. Con el segundo avión, su abultado retraso incluso favoreció su entrada en Peinador, ya que tomó tierra al mediodía.

Para Aena, la operaciones de carga, sobre todo las vinculadas a la actividad de Citroën, tienen "prioridad". Y así lo demuestra concediéndoles las "máximas facilidades" a los aviones con sus piezas, lo que se traduce, por ejemplo, en una rapidísima operación de descarga. Pero en muchas ocasiones la buena voluntad de la dirección de Peinador no evita, como ocurre con más frecuencia de la deseada por los empresarios, desvíos de mercancías a aeródromos próximos. La solución definitiva, como demanda desde hace años la patronal, pasaría por la ampliación del horario o las 24 horas de apertura.