"Hay una máxima en el mundo forestal: cuando aparece una plaga es cuestión de tiempo que se extienda". Los propietarios forestales y las comunidades de montes de Galicia llevan años siguiendo de cerca la evolución del nemátodo de la madera del pino (Bursaphelenchus xylophilus) en Portugal, país al que llegó en 1999 procedente de Norteamérica y cuyos pinares ha colonizado generando pérdidas millonarias. El sector asume que en Galicia ocurrirá lo mismo "tarde o temprano", por lo que solicitará la implicación de la UE ante un problema que podría poner en jaque a uno de los pilares de la industria maderera gallega: el pino.

"Para nosotros era una noticia esperada. El nemátodo es una plaga dificilísima de controlar y vamos a tener que aprender a convivir con ella", admite Jacobo Feijóo, secretario general de la Asociación Sectorial Forestal Galega (Asefoga), entidad que agrupa a propietarios forestales y comunidades de montes. Este asegura que el impacto de la enfermedad en el monte trasciende a los esfuerzos que el sector maderero, la Xunta y el Gobierno central pueden hacer para contener el brote, por lo que pide la implicación de la UE.

"Haremos todo lo que esté en nuestra mano para ganar tiempo", apunta. El responsable de Asefoga explica que habrá que ver cómo se adapta el vector (el escarabajo que transmite el nemátodo) a las condiciones del monte gallego, pero da por hecha su propagación: "Es cuestión de tiempo". ¿Qué se puede hacer? Desde su asociación, que será una de las que el próximo martes se reúna con la Xunta para abordar esta problemática en conjunto, apuestan por la investigación para luchar contra el nemátodo.

Feijóo señala que habría que estudiar otras variedades de pino más resistentes al nemátodo, así como posibles remedios biológicos. El portavoz de Asefoga explica que Galicia ya se ha enfrentado antes a otras plagas como la "tinta del castaño", un hongo que prácticamente destruyó la población autóctona de castaño gallego hace unos siglos, y más recientemente, el goniptero, que afecta al eucalipto mermando considerablemente sus producciones.

"En el caso de la tinta del castaño se introdujeron unos híbridos resistentes a la enfermedad. Aquí habría que empezar a investigar lo mismo", sugiere Feijóo.

La lucha contra el nemátodo no será fácil. En Portugal, donde la plaga se ha extendido del sur al norte del país, ya se han talado más de 2,5 millones de pinos afectados por la enfermedad, según datos de la secretaría de Estado das Florestas. Las organizaciones forestales del país vecino han denunciado en reiteradas ocasiones que el nemátodo continúa avanzando de forma descontrolada por todo el territorio nacional, ocasionando pérdidas millonarias al sector.

El nemátodo de la madera del pino es mortal para el árbol infectado, y la madera afectada tiene que ser tratada con procesos químicos y caloríficos para poder exportarla a cualquier país de la UE. Para actividades como la industria del tablero, que recurre al astillado de la madera y utiliza procesos de calor, el nemátodo no supone un problema, y tampoco para la industria papelera, pero sí para las empresas que venden madera en rollo o tabla.

La Xunta, que confirmó el brote el pasado viernes, ha decretado cuarentena en un radio de veinte kilómetros del árbol infectado en el municipio de As Neves, en el que queda prohibida cautelarmente la tala y transporte de pinos y subproductos de la madera.