En el comienzo de su vida como hombre de negocios, Bernardo Alfageme Pérez tenía como principal actividad en su Zamora natal el truque de pescado y sal por textiles, actividad que le llevó hasta el mundo del salazón al casarse con Delfina, hija de un importante industrial del sector. Y de ahí a la conserva con la puesta en marcha de una pequeña planta de enlatado de anchoa en la localidad asturiana de Carreño. Hombre emprendedor, comprendió enseguida las grandes ventajas del pescado en conserva y en 1873 se decantó por el también municipio asturiano de Candás para levantar su primera gran fábrica, con lo que no solo ganó mucho dinero sino que también elevó su posición social convirtiendo a su familia en una de las más influyentes de esa zona. En esa misma fábrica también producía una "sidra champagne" con la marca Bernardo Alfageme.

Como otros muchos conserveros, entre los que se encontraban franceses, catalanes y, cómo no, gallegos. Un hijo de Bernardo Alfageme, Hermenegildo, puso su punto de mira en el puerto de Vigo, donde desembarcaban cada año miles de toneladas de sardina cada año, la especie que era la materia prima de la industria conservera. En 1909, la firma Bernardo Alfageme abre su primera planta gallega en el Arenal, donde los pesqueros desembarcaban sus capturas en la misma playa y casi a la puerta de las conserveras que se iban instalando en la ciudad y erigieron en pocos años a Vigo como capital del enlatado.

La Primera Guerra Mundial fue una gran oportunidad para las conserveras que suministraban tanto a los combatientes como a poblaciones cuyas cosechas habían sido arrasadas por las bombas y el fuego. El conflicto y la posguerra fueron la época dorada para la conserva y lo que hizo que en 1928 la firma optase por construir una nueva planta en la calle Tomás Alonso, a donde daba la fachada de la empresa en cuyos terrenos también se construyó la vivienda familiar. La fachada trasera, la de Beiramar, daba a la Ría y las embarcaciones descargaban la materia prima directamente a las dos rampas unidas que todavía se conservan.

El nuevo edificio se encarga Manuel Gómez Román, el arquitecto vigués más destacado de la época. Con las nuevas instalaciones la firma cobra un importante impulso y se sitúa al nivel del emporio conservero de los Massó.

La Guerra Civil supone un drama para la familia Alfageme. El fundador de la empresa Bernardo Alfageme Pérez, de 86 años, y su nieto Hermenegildo Alfageme del Busto, de 27, fueron asesinados en Gijón por las milicias republicanas el 21 de septiembre de 1936. El viejo Bernardo Alfageme militaba en el partido Reformista de Melquíades Álvarez y formaba parte de la fracción más liberal y democrática de la burguesía asturiana. Sobre el terreno en que fueron asesinados, Hermenegildo Alfageme Fernández, hijo y padre de las víctimas, financió, en su memoria, la construcción en los años cuarenta del actual Sanatorio Marítimo de Gijón. Cuando Hermenegildo falleció el 15 de septiembre de 1962, a los 88 años, lo sustituyó el frente de la compañía su hijo menor, Antonio Alfageme del Busto, nacido en 1917, que luego sería presidente de la Unión de Fabricantes de Conservas (hoy Anfaco) y fallecería en trágicas circunstancias el 20 de abril de 1974. Dos sobrinos de este último, Braulio y Bernardo, dirigieron la empresa durante varios años. Los dos murieron relativamente jóvenes, Braulio en 1991, con 55 años, y Bernardo en 1997, con 62.

En los años cincuenta, la firma Alfageme traslada su producción a Vigo y además de la mítica marca Miau lanza otras como Eureka, Alfa, La Barrentina y Basa. Refuerza Miau con nuevas especialidades, convirtiéndola en el buque insignia de la conservera. En los años siguientes el grupo apuesta por expandirse en otras localidades como Algeciras, O Grove, Ribadumia, Vilaxoán y Santoña. Su época de mayor esplendor llegaría a finales de los años ochenta bajo la dirección de Braulio Alfageme, quien contaba como director comercial con el vigués Emilio Álvarez Magadalena, el hombre que tuvo la visión de potenciar la red comercial y abrir nuevos mercados. Alfageme contaba hace apenas años con una plantilla de 400 personas y una capacidad de producción de 150 millones de latas anuales, , unas 50.000 toneladas de conservas salían de sus fábricas.