"Estamos ante una nueva reconversión naval por la vía de los hechos". La industria auxiliar viguesa atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia por la falta de contratos en los astilleros, los problemas de acceso al crédito y los aplazamientos en los pagos, lo que ha llevado a la práctica desaparición de más de la mitad de los puestos de empleo en la Ría en apenas año y medio. FARO ha reunido a cuatro empresarios representativos del sector para que analicen la situación actual de este sector en Galicia y España y expliquen qué medidas se deberían tomar con apoyo de las administraciones para evitar un mal mayor en el futuro. Todos coinciden: es el momento de poner en marcha un nuevo modelo de relación entre la industria auxiliar y los astilleros, un modelo de equilibrio.

José Modesto González, Rosalino López Castro, Salvador González y Francisco Javier Martín-Arroyo trabajan para la práctica totalidad de los astilleros nacionales y algunos extranjeros, emplean a unos 700 trabajadores entre los cuatro y forman parte del comité de crisis creado recientemente con el apoyo de ASIME (la Asociación de Industrias Metalúrgicos de Galicia) en defensa de la actividad y los puestos de empleo en el sector. Según sus previsiones, si no se toman pronto las medidas oportunas, el naval podría perder unos 1.500 puestos de trabajo en los próximos seis meses. El sector, compuesto por unas 280 empresas, empleaba hace dos años a 10.500 trabajadores, cifra que se ha visto reducida ya a 4.500.

"Yo diría que estamos ante una nueva reconversión naval, a lo mejor ni siquiera planificada", plantea José Modesto González, vicepresidente de Gonsusa y Navalíber (filial) y accionista de Factorías Vulcano. Para este empresario, vinculado a la construcción naval desde los 14 años, los hechos son innegables: actualmente hay seis astilleros en España prácticamente "paralizados", con "nombres y apellidos", y tres de ellos gallegos: Factorías Vulcano (en preconcurso), MCíes (en liquidación) y Factoría Naval de Marín (acaba de salir del proceso concursal). "Y todos en España, a excepción de Factorías Juliana, aunque también podríamos incluirlo, tienen cartera de trabajo que no se puede ejecutar", precisa.

Las dificultades en los astilleros están literalmente ahogando a la industria auxiliar, subsector que tradicionalmente ha tenido más problemas para acceder a financiación. Algunas empresas carecen ya de tesorería para pagar a proveedores y a los trabajadores. "Cuando un astillero tose, o se resfría, la financiación desaparece, sobre todo para la industria auxiliar, porque es un sector siempre bajo sospecha", lamenta el responsable de Gonsusa. ¿Qué hacer para superar esta barrera? Los empresarios lo tienen claro: las administraciones (todas) deberían echar una mano a la industria auxiliar abriendo una serie de líneas de crédito o permitiéndole participar en entidades como el foro de garantías patrimoniales de Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión) para obtener avales.

Las empresas plantean también constituir un fondo similar al de Pymar, con aportaciones de las propias empresas –como hacen los astilleros– y las administraciones. "Esto nos facilitaría mucho la financiación. Me atrevería a decir que el 90% del dinero que se necesita para construir un barco hay que buscarlo fuera de España", señala el vicepresidente de Gonsusa.

¿Por qué ayudar a la industria auxiliar? Porque es el músculo de los astilleros. "Los organismos oficiales deben saber lo que la industria naval representa aquí en la ciudad", asegura Salvador González, presidente del grupo Regenasa, compuesto por tres empresas. "El 80% de la contratación de un buque corresponde a la industria auxiliar", añade. Y estas empresas aportan mano de obra, tecnología y saber hacer. El responsable de Regenasa argumenta que la industria auxiliar se desarrolló a la sombra de los astilleros, pero que en los últimos veinte años se ha especializado y es "independiente".

Salvador González plantea además la necesidad de ayudas públicas para salir al exterior. González explica que el sector ha perdido hasta un 40% de su facturación en los últimos dos años por la crisis en los astilleros españoles, por lo que las empresas tienen que buscar contratos en otras zonas como Alemania, Brasil o México. "Por eso pedimos ayudas a todos los organismos oficiales, para que abran un tipo de ayudas a las empresas que tengan que transformarse y acometer esos trabajos fuera de España", apostilla.

"Astilleros e industria auxiliar somos dos patas de un mismo banco. La una sin la otra no puede vivir", apunta Francisco Javier Martín-Arroyo, gerente de la empresa de arquitectura naval Insenaval. Los cuatro empresarios coinciden en que es el momento, con la ayuda de las administraciones, de impulsar un nuevo modelo de relación entre auxiliares y astilleros, más equilibrado, basado en la "cooperación", siguiendo la línea del proceso impulsado por la Mesa de la Industria Auxiliar del Naval de Madrid, el cual no avanza a la velocidad adecuada, según el sector. "Pretendemos ser los socios tecnológicos de los astilleros, y en esto la parte sindical tiene que acompañarnos", señala Rosalino López Castro, accionista de PipeWorks y López & Rico.

Este empresario insiste en que el naval no puede perder su talento. "Aquí en la ría de Vigo se han hecho plataformas petrolíferas, los mayores pesqueros del mundo, gaseros, quimiqueros capaces de trabajar a temperaturas de 40 grados bajo cero, ferries espectaculares… No podemos dejar que se pierda esto", recalca. El responsable de PipeWorks explica que la industria auxiliar ha sabido evolucionar en los últimos treinta años, reestructurándose, invirtiendo en instalaciones, especializándose, y emplaza a los sindicatos a que hagan lo mismo. "Tienen que cambiar, evolucionar", añade.

Lo mismo opina Salvador González. "Algo habremos hecho mal. No puede ser que mientras aquí estamos así, en el País Vasco astilleros e industria auxiliar están al 100%, con carga de trabajo hasta 2015", razona. González afirma que la imagen de conflictividad del sector debe erradicarse de una vez por todas. "Cuando sales por Europa es lo primero que te preguntan los armadores. No sé si hemos tenido la culpa los empresarios o los sindicatos, pero algo se ha hecho mal", insiste.

José Modesto González da Vila, de Gonsusa, asegura que los cambios en el naval deben apresurarse, con el objetivo de garantizar el futuro de esta industria. "Hay que tener en cuenta que estamos en un momento de recambio generación, y los que vengan detrás tienen que ver esto atractivo", explica. Estudios económicos como el Ardán, elaborado por el Consorcio de la Zona Franca de Vigo, muestran que la construcción y la reparación naval es uno de los sectores que más valor añadido aporta a la economía de la comarca de Vigo, y uno de los que más invierte en I+D+i. "Sobre todo en la ´i´ pequeña, porque cada buque es diferente", sostiene González da Vila.

También Rosalino López, de PipeWorks, piensa así. A juicio de este empresario, el naval es una "fábrica" de profesionales. "Cualquier profesional que se forme en el naval puede ir a otro sector. Por ejemplo, un soldador, que podría trabajar sin problemas en otros sectores como la energía nuclear", apunta.

El secretario general adjunto de ASIME, Enrique Mallón, indica que todas las grandes potencias económicas mundiales están apostando por la construcción y la reparación naval, y que España no debe ser una excepción. En este sentido, el comité de crisis de la industria auxiliar del naval ha planificado una serie de reuniones la próxima semana con la Consellería de Economía e Industria, el Concello de Vigo y el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio con el fin de recabar apoyos.

Por otra parte, la industria auxiliar sigue con expectación el proceso en Factorías Vulcano, astillero que en épocas de plena actividad emplea a más de un millar de trabajadores. La negativa de Pymar a conceder un aval de 4,3 millones de euros para el remate del buque sísmico 533 podría abocar a la empresa a una situación sin retorno arrastrando consigo a un buen número de auxiliares. Los empresarios aguardan un cambio de parecer de Pymar en la reunión convocada para el próximo miércoles en Madrid entre el astillero y el director general de la sociedad.

Ayer mismo, el portavoz del PSOE en la Comisión de Industria del Parlamento, Xavier Carro, aseguraba que el Ministerio de Industria está trabajando "contrarreloj" para apurar los plazos para desbloquear el aval de Pymar para conceder el crédito necesario con el fin de continuar su actividad. Según Carro, el Ministerio de Industria está buscando una solución "lo más rápida posible" bajo dos premisas, "aportar los recursos necesarios y garantizar que son para la construcción del buque 533", que a su juicio, "es fundamental" para entrar en una vía de solución para Vulcano.