PSA Peugeot Citroën está decidido a hacerse un hueco en el mercado asiático. El grupo ha iniciado las obras de su tercera factoría en China, de la mano del constructor local Dongfeng, y está poniendo en marcha un centro logístico en Shanghái con el objetivo de centralizar desde allí todas sus exportaciones para los países asiáticos. Lo anunció esta semana el jefe del consorcio galo para Asia, Grégorie Olivier, quien explicó que las plantas se centrarán en el mercado chino antes de comenzar, poco a poco, a exportar para el resto de economías orientales.

La asociación con la empresa Dongfeng espera vender 350.000 coches en China este año, un 28% más que en 2009, según Olivier. En definitiva, PSA quiere alcanzar el 8% del mercado automovilístico chino, su segundo mercado natural –tras Francia–, frente al 3,3% actual. Para conseguir esto, Olivier explicó que el grupo va a triplicar el número de ingenieros del centro de diseño de PSA en Shanghái, pasando de 350 a más de un millar.

El presidente de la multinacional francesa, Philippe Varin, adelantó el pasado mes de junio su intención de incrementar casi exponencialmente su presencia en mercados en crecimiento como China, Rusia, África y Oriente Medio, dentro de una nueva política para reequilibrar sus ventas mundiales.

Ventas

En la actualidad, Europa, donde se prevé una caída de ventas del 9% este año, absorbe dos tercios de la producción de PSA Peugeot Citroën. Y en ese plan para relanzar la multinacional en los mercados emergentes, la factoría de Citroën en Vigo cobrará especial importancia en los próximos años, al tratarse del primer centro en incorporar una nueva gama de automóviles adaptados a las clases medias de estos países. En su caso, el lanzamiento de dos coches de entrada de gama (proyecto M3-M4) estará dirigido a África, Oriente Medio y los países de la cuenca mediterránea.