Hombre de la casa (está en la junta directiva de Asime desde 1981), Julio Gómez Rodríguez cogió las riendas de una de las mayores asociaciones metalúrgicas de España hace un año, en plena crisis y con la herida del convenio provincial del metal de Pontevedra todavía abierta. Doce meses después, este empresario de Borreiros (Gondomar) no quiere generar falsas expectativas: el metal sigue en estado crítico. “El declive ha sido fuerte y muy rápido”, reconoce.

-Este último año, ¿ha mejorado la salud del metal?

-En el mejor de los casos, algunos subsectores lograron estabilizarse. Pero en otros estamos mucho peor. El declive ha sido fuerte y muy rápido.

-Metalships, Freire y Barreras han firmado nuevos contratos, ¿hay motivos para ser optimistas en el naval?

-Me gustaría decirle que sí, quiero pensar que sí, pero francamente, no los veo. Esos contratos -y los astilleros lo sabrán mejor que yo- proceden de negociaciones anteriores. Sabemos que se están negociando nuevos pedidos, pero serán contratos puntuales, poca cosa. Al menos esa es la información que yo manejo. Para este año y el que viene no palpo una mejoría notable. Es triste, pero es lo que hay.

-¿Llevan la cuenta de cuántas empresas auxiliares del naval han cerrado?

-No sé ese dato de memoria, pero muchas. No menos de las esperadas. Y es un goteo que va a continuar. Se nota una cierta mejoría porque ya no hay cierres masivos, pero el goteo sigue sumando.

-En su día se habló de una cascada de expedientes de empleo en la Ría, ¿se ha cumplido?

-Desgraciadamente fue así. Hubo muchísimos expedientes, no se prorrogaron contratos…

-La credencial y el sello del naval, ¿cómo afectarán al naval?

-Son un plus de calidad que nos ayudarán a competir en un mundo tan globalizado como éste. Serán nuestras armas. Tenemos que dar algo más que nuestros competidores en otros países.

-¿Cree usted que habrá una concentración de astilleros en la ría de Vigo, como augura la Unión Española de Constructores Navales (UNINAVE)?

-Es posible. Se puede dar.

-La imagen de conflictividad ofrecida durante la huelga, ¿se ha limpiado? ¿Cómo penaliza esto a los astilleros y a la industria auxiliar?

-La imagen de Vigo sigue como estaba. Algunos astilleros han tenido y siguen teniendo serias dificultades por esto. Nuestra competencia se encarga de propagar esa imagen de la ciudad y de que no se olvide.

-¿Cuánto tiempo llevan trabajando en Asime Business Center? ¿Y por qué Brasil?

-Intensamente… más de un año. Pero los trabajos comenzaron antes. Se trata de un centro de negocios que vamos a implantar en Brasil pero que no está pensado únicamente para allí, sino para cualquier país que nos interese. Creo que nos va a hacer más fácil el contacto con posibles clientes en otros países.

-Las autoridades brasileiras, ¿qué les exigen a la hora de establecerse allí?

-Para entrar en Brasil no ponen ninguna pega. Pero sí es difícil exportar desde Vigo a Brasil. Aquí es donde Asime va a tener un papel importante para facilitar y ver en qué medida se puede exportar más.

-De lo contrario podría temerse una deslocalización, ¿no?

-Nuestra filosofía no es esa. No nos engañemos, todos queremos trabajar en el país y en la zona que más conocemos y donde más cómodos estamos. Pero la falta de trabajo que tenemos aquí nos ha obligado a buscarnos la vida fuera.

-El proyecto para crear un gran centro de reparaciones navales en la Ría, ¿sigue adelante?

-No lo hemos abandonado. Digamos que en este momento está en stand by. Es una idea que sigue igual que viva que cuando se impulsó. El proyecto será muy positivo para Vigo, porque no olvidemos que la reparación naval es un negocio muy importante para las empresas de la Ría. También en este segmento se nota la falta de carga de trabajo.