En agosto de 1994 un grupo de 10 empresas gallegas empiezan a estudiar la posibilidad de crear una empresa de servicios de telecomunicaciones a través de fibra óptica. Con una participación de un 10% cada una, Caixavigo, Caixa de Pontevedra, Caixa Ourense, Unión Fenosa, Banco Pastor, Intelsis, Telefónica, Grupo Zeta (Cable Total), la Voz de Galicia y Caixa Galicia ponen las primeras piedras de un grupo que en pocos años estaría destinado a liderar las telecomunicaciones por cable en la comunidad gallega. En 1996, una vez conocida la legislación sobre el cable, los dos socios tecnológicos, Telefónica e Intelsis, abandonan el proyecto.

Un año después, en febrero de 1997, se constituye la sociedad Grupo Gallego de Empresas del Cable, Grupo Cable S.A. En noviembre de ese mismo año, cuando se confirman las condiciones y las exigencias de los concursos de cable, otro de los socios, el diario coruñés la Voz de Galicia fue el primero de los inversores gallegos en renunciar al proyecto. Poco tiempo después, en el momento clave en el que se iba a formalizar la ampliación de capital para que la sociedad pudiera presentarse a los concursos –se requerían 6 millones de euros para poder participar– otros cuatro socios, en este caso financieros, deciden abandonar el proyecto cuando apenas quedaban dos semanas para la presentación de ofertas. Caixa Galicia, Banco Pastor, Caixa de Pontevedra y Caixa Ourense deciden también quedarse al margen. Los socios que todavía creían en el proyecto, Unión Fenosa, Caixanova y el Grupo Z, insisten en crear un gran grupo de telecomunicaciones gallego y adquieren las acciones de los socios que abandonan la iniciativa, suscriben la ampliación de capital y entran en los concursos del cable. En ese momento, FARO DE VIGO, decano la prensa nacional, decide participar en R.

En 1998, el entonces Grupo Cable resulta adjudicatario de los tres concursos para operar como empresa de telecomunicaciones por cable de fibra óptica en Galicia. Para potenciar el proyecto se inician los contactos con empresarios de la comunidad de primera línea. Ese mismo año la respuesta no se hizo esperar, otras firmas gallegas manifiestan su intención de participar en la primera operadora gallega de cable. Así nace la compañía Inversiones Gallegas del Cable, en la que participan el Grupo Tojeiro, Jealsa Rianxeira, Ceferino Nogueira, Hijos de Rivera (Estrella de Galicia), El Progreso de Lugo, Editorial Compostela (El Correo Gallego), La Región de Ourense, Invertaresa, El Ideal Gallego, Dielectro Galicia, Ferroplast e Inversiones Telecom Galicia.

En ese momento el accionariado se reparte de la siguiente forma: Caixanova alcanza el 37,5% de la compañía, Unión Fenosa otro 37,5%, Grupo Z-Cable Total (10%), Grupo Prensa Ibérica-Faro de Vigo (10%) y el grupo que constituye Inversiones Gallegas de Cable (5%).

La compañía necesita nuevos socios para emprender proyectos más ambiciosos. En el último trimestre de 1998 se intensifican las negociaciones con Endesa y Telecom Italia para que participen en el accionariado. Ninguna de las dos acepta finalmente la oferta de integrarse en R. El director general adjunto de Caixanova y el máximo responsable de la cartera empresarial de Caixanova, Ángel López Corona, llega a declarar: "No hay problema, ya estamos acostumbrados que nos abandonen".

Los accionistas de R apuestan entonces por accionistas y profesionales de la tierra. "Entonces buscamos recuperar el talento autóctono del proyecto", recuerda uno de los participantes en la gestación de la compañía. Se apuesta por un joven profesional de amplia trayectoria. Arturo Dopico (Coruña, 1963) se sitúa al frente de la compañía. El nuevo director general comenzó su carrera en Standard Eléctrica y pasó por Andersen, Bull y Norsistemas. Dirigió el proyecto del operador madrileño Madritel, tras lo cual volvió a Galicia para dirigir R.

En 1999 los accionistas apuestan por presentar la marca R, que permanecen al margen de Auna, en la que participaba Caixanova, y que agrupaba a todos los operadores de cable. Con el apoyo de Caixanova y Unión Fenosa, R continúa su proyecto en solitario para Galicia.

El apoyo de Caixanova fue constante. En el año 2000 confió a la operadora de cable gallego todas sus comunicaciones con un contrato de 5 millones de euros. Ese mismo año el Banco Pastor vuelve a incorporase al accionariado. El proyecto R estaba encauzado. Tanto que un año después obtiene un préstamo sindicado de 288 millones de euros en el que participaron 18 entidades financieras, teniendo a Caixanova como principal garante de la operación.

En 2007 el panorama accionarial había cambiado. Unión Fenosa era el principal accionista (35,4%), seguido de Caixanova (30,8%), Inversiones Gallegas de Cable (10,4%), Grupo Z (10%), Banco Pastor (9,9%), Emalcsa (1,9%) y Grupo Moll (1,5%).

La fusión de Unión Fenosa con Gas Natural provoca un nuevo vuelco en la composición accionarial. La eléctrica gallega sale del accionariado de R y es de nuevo Caixanova quien lidera el proceso para que la compañía tenga acento gallego. La caja que preside Julio Fernández Gayoso destina en plena crisis 150 millones de euros en la adquisición de las acciones de Unión Fenosa con lo que su participación se situó en el 66,24%. La inversión total de esta caja en la compañía se eleva a un total de 235 millones de euros.

El último capítulo de la historia de R es la entrada en el accionariado de CVC Capital Partners, un gestor internacional de fondos de inversión que en sus 29 años de historia invierte por primera vez en el sector de las telecomunicaciones. Con esta operación la empresa gallega se blinda ante la posibilidad de ser absorbida por otras empresas del sector. El director general de CVC, Javier de Jaime, momentos después de anunciar la compra del 35% de R por 236 millones a los accionistas minoritarios reafirma la intención del grupo que representa su intención de que la sede y el equipo directivo permanezca en Galicia. El consejero delegado de R, Arturo Dopico, señaló también su satisfacción por la operación e indicó que "era la mejor de las noticias para que R pueda convertirse en líder de las telecomunicaciones por cable en la Península Ibérica, con inversiones previstas por la nueva compañía de 330 millones para Galicia y otros 1.500 para abordar nuevos mercados".

Dopico indicó a FARO que para él era un orgullo que el capital extranjero se fijase en esta compañía y añadió que el contrato contemplaba el mantenimiento en A Coruña de la sede, el equipo directivo y los 1.700 empleos existentes. Caixanova afirmó que no está dispuesta a rebajar su participación el 30%. De hecho, Julio Fenández Gayoso permanecerá como vicepresidente de la compañía, mientras que varios miembros de la cúpula directiva de la caja gallega –José Luis Pego, Ángel López-Corona y María Victoria Vázquez– continuarán también en el consejo de administración. En esta nueva etapa se ha establecido un acuerdo para que las decisiones relevantes sobre la entidad requieran el voto positivo de los representantes de Caixanova, con lo que se garantiza la galleguidad de la operadora.