La CIG convocó una jornada de huelga en el sector naval de la provincia de Pontevedra que se desarrollará el próximo viernes 10 de marzo con el fin de protestar contra la "modificación" del convenio colectivo, suscrito el pasado mes de octubre, que aseguran que se está intentado acometer durante las reuniones que mantiene la Mesa de Apoyo al Empleo de este sector.

Así lo anunciaron hoy en rueda de prensa el secretario de la Federación del Metal del sindicato nacionalista, Miguel Anxo Malvido, y el secretario confederal de Negociación Colectiva de la CIG, Antolín Alcántara, que denunciaron la intención de la patronal de realizar cambios en varios aspectos de este marco legal y criticaron que la dirección de los astilleros les haya prohibido celebrar asambleas "legítimas" en los centros de trabajo en las últimas semanas.

El paro, que también se extiende a las firmas con convenio propio, se iniciará a las 00.00 horas del 10 de marzo y tendrá una duración de 24 horas. Durante ese día, se llevará a cabo una manifestación "pacífica" por las calles de Vigo, cuyo recorrido está por concretar, y a su término se celebrará una asamblea de trabajadores.

Según Alcántara, el objetivo dar una "respuesta concreta" que muestre su rechazo a que se cambien "aspectos cruciales" del convenio, que creen que se están dando con el consentimiento de CC.OO y UGT, quienes a su juicio "no tienen autoridad" para variar ningún punto del documento.

Bolsa de flexibilidad horaria

Entre esos puntos se encuentra la implantación de una bolsa de flexibilidad horaria, que contempla la inclusión de 200 horas que las empresas pueden utilizar para llamar "cuando quieran" a cada empleado, incluso en horario nocturno o en fin de semana, y distribuirlas en función de sus intereses durante dos años sin un reparto previamente pactado.

De esta forma, los operarios se verían obligados a tener plena disponibilidad y podrían trabajar de más de ocho horas diarias sin poder oponerse a ello, lo que provocaría una "desregularización de la jornada laboral".

Además, Alcántara recriminó a la patronal y al resto de plataformas sindicales que consintieran el fin de la bolsa de contratación del sector, lo que consideró "gravísimo" porque supone una variación del convenio después de que éste hubiera sido ratificado.

Igualmente, denunció que los astilleros están "intimidando" y "amenazando" a sus trabajadores con sanciones para que no acudan a las asambleas que la CIG está celebrado en el exterior de los centros de trabajo, una actitud que vinculan a la negativa de este sindicato a secundar el actual convenio colectivo.