La flota española que faena en el caladero del Atlántico Suroccidental, en su práctica totalidad con base en el puerto de Vigo, asiste con "preocupación" a la escalada de tensión entre Argentina y el Reino Unido por su histórica disputa por la soberanía de las islas Malvinas y que en las últimas semanas se ha recrudecido por las exploraciones británicas de petróleo en el archipiélago.

La preocupación de los armadores vigueses alcanzó su mayor intensidad cuando el pasado día 16 la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, firmó un decreto que permite el control de todos los buques que se propongan transitar entre puertos ubicados entre la Argentina continental y las Malvinas, atravesar aguas jurisdiccionales argentinas hacia las islas o cargar mercancías entre esos puertos.

"Por el momento no se ha producido ningún control ni intervención sobre la flota pesquera, pero los armadores nos han trasladado su preocupación por si se pudieran ver afectados", reconoce José Ramón Fuertes, director gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, que representa a la mayor parte de la flota. En total, faenan en la zona entre 25 y 30 arrastreros congeladores de pabellón español y otros tantos de capital español y gallego pero pertenecientes a empresas mixtas, según el sector.

Ante la creciente preocupación de la flota, la propia Cooperativa de Armadores de Vigo se dirigió a la Administración Central a través de la Secretaría General del Mar, para demandar gestiones ante las autoridades de Buenos Aires, de forma que se garantice que "la flota y la pesca no paguen el pato" de una disputa que les es ajena.

La misiva al Gobierno español no ha recibido aún respuesta, según Fuertes, que recuerda que los pesqueros que operan en la zona "faenan en aguas internacionales con el debido permiso temporal de pesca de la Administración española y conforme a las normas españolas y comunitarias".

Uno de los armadores vigueses con barcos en ese caladero, José Enrique Pereira, señaló a este diario que, pese a las tensiones anglo-argentinas, la actividad es "completamente normal", que al menos sus tres barcos en la zona no se han visto afectados en modo alguno por las tensiones entre ambos países y que tampoco le constan controles sobre la flota pesquera.

La tensión entre ambos países por la intención británica de comenzar las exploraciones petrolíferas en el archipiélago tuvo su mayor escenificación internacional el pasado día 24, cuando el canciller argentino, Jorge Taiana, acudió a la ONU para reunirse con su secretario general, Ban Ki-moon, y pedirle que redoble sus gestiones de buenos oficios y logre sentar al Reino Unido en una mesa de negociación.

En paralelo, el Reino Unido trasladó un submarino a las islas Malvinas para reforzar la base militar del archipiélago, acción que se suma a la llegada de un equipo del SAS (fuerzas especiales británicas) antes de que una plataforma petrolífera comenzara sus exploraciones a 60 millas de Malvinas, según el diario argentino "Clarín, que también señala que, las defensas aéreas en las islas se consolidaron a finales de 2009 con la llegada de cuatro aviones británicos.