El secuestro del “Alakrana” forma ya parte de la historia como el más largo de un buque español por piratas somalíes. Los 47 días de cautiverio para sus 36 marineros -ocho gallegos, siete vascos, un andaluz y 20 africanos- superan con creces los siete días que estuvo retenido el “Playa de Bakio” en abril de 2008 y los tres de secuestro del “Albacora Cuatro” en el año 2000. Estos antecedentes eran los que hacían prever a familiares y sector una pronta solución. Pero las cosas comenzaron a complicarse cuando la Armada española detuvo a dos presuntos piratas poco después de que abandonasen el pesquero. En el primer mes de cautiverio lo más destacado fue el largo periplo de uno de los arrestados por la Audiencia Nacional para determinar si era mayor de edad o no.

El punto culminante de la crisis se produjo el 5 de noviembre, cuando los piratas desembarcaron a tres tripulantes con la amenaza de matarlos si España no liberaba a sus dos compañeros. La tensión aumentó y las familias de los marineros se rebelaron contra el Gobierno para exigir la liberación inmediata. Todo ello provocó que, en palabras de los propios familiares, “el Ejecutivo se pusiese las pilas” y, con algunos problemas internos por el camino, en 12 días se lograse una solución al problema. Los días claves del cautiverio del Alakrana son los siguientes:

2 de octubre. El atunero vasco es secuestrado por piratas somalíes a más de 400 millas de Somalia. El mismo pesquero había logrado escapar a otro ataque el 4 de septiembre gracias a que no tenía las redes echadas cuando detectó a los asaltantes. El Gobierno crea un gabinete para hacer un seguimiento de la crisis y buscar una solución.

4 de octubre

La fragata española “Canarias” detiene a dos presuntos piratas después de que abandonasen el “Alakrana” en un esquife. El navío de guerra le corta el paso y arresta a sus dos tripulantes.

5 de octubre.

El juez Baltasar Garzón ordena el traslado de los dos asaltantes a España tras aceptar la petición de la Fiscalía, que acusa a los dos presuntos piratas de 36 delitos de detención ilegal, uno de robo con violencia y posesión de armas.

12 de octubre. Llegan a España los presuntos corsarios y son puestos a disposición de la Audiencia Nacional. La fragata española cedió los piratas a un navío de guerra francés para que desde la base gala de Yibuti pudiesen ser trasladados a España.

13 de octubre. Los secuestradores amenazan al Gobierno con matar a la tripulación del “Alakrana” si inicia cualquier acción de rescate del pesquero.

14 de octubre. Los piratas inician la negociación exigiendo 2,7 millones de euros.

23 de octubre. Las localidades de residencia de los marineros salen a la calle para exigir el fin del secuestro. Baiona, Cangas, Moaña, Ribeira y Valga acogen los actos. Mientras, uno de los presuntos secuestradores del “Alakrana” concluye su periplo de comparecencias ante cuatro jueces de la Audiencia Nacional para determinar su edad. En 11 días su condición de mayor o menor de edad cambió tres veces. Este día supone también el fin a ocho días sin contacto entre la tripulación y sus familiares. Las comunicaciones también estaban cerradas con el Gobierno y con la armadora.

30 de octubre. Los piratas cambian de negociador tras saber que las comunicaciones han estado cortadas durante más de una semana. El Ejecutivo y el armador cuentan desde entonces con nuevo interlocutor.

2 de noviembre. Una radiografía de la clavícula realizada al presunto pirata “Abdu Willy” determina que es mayor de edad e ingresa en prisión.

5 de noviembre. El punto culminante del secuestro. Los captores anuncian que han trasladado a tierra a tres de los tripulantes y amenazan con ejecutarles si en tres días no son liberados sus dos compañeros apresados en España. Los familiares reciben llamadas de los marineros pidiéndoles ayuda y que “hagan ruido”. La familias se rebelan contra el Gobierno, lo acusan de no hacer nada en un mes de secuestro, y le exigen que acelere las negociaciones y libere a los dos corsarios detenidos para lograr la liberación del Alakrana.

6 de noviembre. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anuncia que los tres tripulantes desembarcados han vuelto al barco, según el Gobierno somalí.

7 de noviembre. Miles de personas se manifiestan en Vigo y en Bermeo para exigir al Gobierno que agilice las gestiones para lograr la liberación de los marineros.

9 de noviembre. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se involucra por primera vez en la crisis del Alakrana y asegura que “la situación puede estar encauzada” tras las últimas gestiones realizadas por el Ejecutivo.

10 de noviembre. Los familiares del los marineros se reúnen con el presidente del Gobierno y con el presidente de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes. Deciden no hacer declaraciones y guardar silencio “por prudencia” a la espera de que se resuelva el caso.

12 de noviembre

. Disputas en el Ejecutivo al intentar aclarar quién decidió detener a los dos presuntos secuestradores del Alakrana. El presidente de la Audiencia Nacional defiende la actuación del juez Garzón al ordenar trasladar a España a los piratas detenidos y asegura que desconocía que “existiera intención” de llevarlos a Kenia. Finalmente, el Gobierno asegura que la comisión de seguimiento del secuestro asumió la detención “por unanimidad” y la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, asume toda la responsabilidad.

13 de noviembre. El Ejecutivo descarta que los dos presuntos asaltantes del “Alakrana” sean juzgados en Somalia pero estudia la posibilidad de que cumplan condena en su país.

16 de noviembre. El juez Pedraz procesa a los dos detenidos pero no les acusa de asociación ilícita, lo que facilita que se les pueda expulsar a Somalia cuando sean juzgados en aplicación de la Ley de Extranjería. Mientras, la Fiscalía rechaza un acuerdo con las defensas de los piratas y anuncia que pedirá condenas superiores a los 200 años de cárcel para cada uno de ellos. Si la pena es superior a seis años, los detenidos no podrán ser expulsados a Somalia.

17 de noviembre. El “Alakrana” es liberado tras el pago de más de dos millones de euros y los marineros están “sanos y salvos”.