Disponía al minuto de todos los detalles sobre el proceso de liberación del Alakrana. Ya el lunes pasado, Elena Espinosa contaba con celebrar la liberación del barco en cuestión de días. Y ayer, la ministra viguesa por fin pudo respirar tranquila. Ahora sólo quiere acelerar el reencuentro de los tripulantes con sus familias, a las que agradece “su valor y su coraje para aguantar tantos y tantos días”.

-¿Ha podido hablar con los tripulantes?

- Con los tripulantes no, pero sí con todas las familias. Creo que en estos momentos debemos priorizar que sean los tripulantes los que hablen con las familias y no tanto el Gobierno. El armador y me ha confirmado que todos están bien. El barco va navegando con plena autonomía, y escoltado por la fragata Canarias. Se dirige a Seychelles, a una velocidad de 12 nudos, y las previsiones es que lleguen a puerto en 40 o 48 horas.

-La armadora cuenta con que fleten un avión.

-Se enviará un avión de las Fuerzas Armadas y se les ha ofrecido a las familias si quieren esperarles aquí o utilizar ese avión que saldrá de España para esperarles en Seychelles.

-Las familias llegaron a cuestionar el papel del Gobierno. ¿Qué les diría ahora?

-Lo único que quiero trasmitirle es mi agradecimiento. Es gente que lo ha pasado muy mal, que ha sufrido mucho, pero que también ha tenido ese valor y coraje para aguantar tantos y tantos días. Yo no tengo ningún reproche para las familias, ellas lo saben, y desde luego, el resto de las conversaciones quedan ya en el ámbito privado.

-Una vez el Alakrana a buen recaudo, ¿se perseguirá a sus secuestradores?

-Tenemos que diferenciar dos cosas. Por una parte, el tema de la liberación, que tuvo su proceso independiente y que afortunadamente ha finalizado, y otro tema es la operación Atalanta. Es que con el final del secuestro del Alakrana no queda cerrada la Operación Atalanta, que tiene dos objetivos: uno la protección y otra la persecución. Aquí será Atalanta y los buques españoles que participan en ella los que continúen con ese proceso.

-¿Quiere decir que no quedarán impunes, que se les perseguirá con delincuentes que son?

-Es que ése el objetivo de Atalanta, y como ésta sigue funcionando, no se descarta, por supuesto, ninguna detención que se pueda hacer en cualquier momento.

-¿Qué lección saca de este secuestro? ¿Ha sido especialmente complicado o más que el del Playa de Bakio?

-Muchísimo más. Ningún secuestro es igual.

-¿Precisamente por la detección de esos dos piratas por parte de la Armada?

-Somalia, en el sentido de la piratería, ha empeorado desde el Playa de Bakio y ha complicado más la liberación. En el tema de los piratas que están aquí tenemos que dejar que trabaje la justicia, y que lo haga como siempre lo ha hecho, con los principios de imparcialidad. Ese tema seguirá su ruta y nos tocará esperar hasta que la sentencia sea dictada.

-Pero al menos en apariencia, ahora todo indica que la liberación era una cuestión sólo monetaria, que la puesta en libertad de los dos piratas detenidos no entraba en la negociación.

-Como fueron temas que nunca se han dicho desde el Gobierno, yo no voy a entrar. No voy a entrar en ninguna polémica.

-Es que se lo pregunto porque se acusó al Gobierno de mentir por ocultar que esa libertad de los detenidos era condición expresa para acabar el secuestro del barco.

-Cada uno que saque las conclusiones que quiera. Nuestro objetivo siempre fue liberar al buque, pero sobre todo liberarlo sin que sufriera ningún daño ninguno de los tripulantes. Creo que no es el momento de hacer comentarios sobre determinadas cosas que se dijeron.

-Cree que el Gobierno tardó en tomar medidas en el Índico, como la de cambiar la ley para que pudiera entrar personal armado a bordo.

-En la lucha contra la piratería hemos dado pasos de gigantes aunque siempre nos parezcan pocos. Si la operación Atalanta se montó fue gracias a la iniciativa de España. En el tema de que pudieran ir personal armado a bordo se llevaba trabajando tiempo, pero también necesitábamos cierto consenso. Y nos costó a todos llegar a un consenso determinado.

-Se reunió ayer en Roma con el primer ministro de Somalia. ¿Hasta qué punto influyó en la liberación?

-Coincidiendo con la cumbre de la FAO, que se celebraba en Roma, el Ministerio de Asuntos Exteriores y yo pedimos entrevistarnos con el primer ministro somalí. Nuestra idea con la entrevista era trabajar en dos líneas: primera, en la del agradecimiento por todo lo que nos estaba ayudando en el proceso de liberación e insistirle en que redoblase los esfuerzos aun a sabiendas de que estamos hablando de un gobierno de transición.

-Pero usted ya sabía que la liberación era inminente.

-A pesar de que ayer (por el lunes) había avanzado mucho todo el proceso, hasta que los tripulantes quedasen liberados al cien por cien nunca se puede dar el hecho por finalizado. Y justo se produjo cuando estábamos en la entrevista con el primer ministro. En ese momento, lógicamente, obviamos lo de pedirle más ayuda.