El padre de Joaquín Fernández, del mismo nombre, reside en la parroquia moañesa de Meira desde hace tiempo y ayer también se mostraba aliviado después de confirmarse la liberación del "Alakrana". Asegura que los últimos 47 días fueron muy duros, "sen durmir pola noite e con asistencia sanitaria". En su caso la tensión se agudizó todavía más cuando en la jornada del jueves 5 de noviembre bajaron a tres marineros a tierra, uno de ellos su propio hijo. "Foi o peor momento de todos, puxenme moi mal", recuerda.

Fernández, que recibió la llamada oficial poco después de la una de la tarde, rompió una lanza a favor del Gobierno central, asegurando que "había que deixalo traballar e non entorpecer as cousas". Sin embargo, también asegura que los contactos diplomáticos con el gobierno de Somalia resultan más bien estériles. ""Hai tres faccións e non se poñen dacordo", afirma.

En Moaña reside también la familia del marinero José Carlos Meira, aunque ayer tampoco quisieron realizar declaraciones. Sus familiares confirmaron que a las dos y media de la tarde recibieron una llamada del Gobierno central comunicando la nueva situación del "Alakrana" y ayer tarde esperaban que el propio marinero también se pudiese poner en contacto con ellos.