"La industria conservera y las importaciones masivas de mejillón están situando a los productores gallegos en una situación límite". Ésta es la conclusión a la que llega el BNG, que por medio de su diputado Bieito Lobeira quiere que la Consellería do Mar explique en sede parlamentaria qué piensa hacer para ayudar al sector acuícola.

Básicamente, con esta iniciativa, el BNG reclama apoyo para los productores y mayores controles o restricciones para la importación.

Pero no menos importante resulta el hecho de que los nacionalistas se hagan eco de lo que desde hace meses parece un hecho incontestable, y es que la presente campaña está resultando un fiasco.

Quizás sin pretenderlo, los frentistas confirman que la "guerra" vivida el año pasado en los muelles sigue pasando factura.

Y es que, marcado por la fragmentación interna que padece desde hace años, quizás décadas, y muy afectado por los conflictos del ejercicio 2008, el sector productor está inmerso en uno de los peores momentos de su historia, el cual coincide además con la crisis que se vive a nivel global. Todo esto, unido a la disminución de consumo, y por tanto de la demanda, hace que buena parte del mejillón siga colgado en las bateas, y que el otro, el que sale al mercado, acabe vendiéndose a precios casi de saldo.

Aunque Bieito Lobeira no alude a los episodios más recientes, sí recurre a una vieja denuncia, como es la alusiva a las "importaciones masivas", de las que vuelve a responsabilizar a la patronal conservera, llegando a decir que "casi el 70% de la producción gallega" se destina, precisamente, a transformación.

Se trata pues de "una alta dependencia", y entiende el BNG que si las conserveras dejan de comprar el mejillón gallego porque recurren al de países como Chile se produce en las bateas de Galicia "una situación de extrema gravedad para miles de personas que viven de esta actividad extractiva".

En este sentido, advierten los frentistas de que la importación se ha visto multiplicada, y el mejillón chileno, por ejemplo, "compite a unos precios muy inferiores, en ocasiones sin posibilidad de que el mercado distinga o diferencie la procedencia del molusco".

En su argumentación, el diputado del BNG llega a advertir de que este año puede perderse la mayoría de la producción, motivo por el cual aunque él no lo haga, hay que recordar una vez más que los conflictos vividos en los puertos en la segunda mitad de 2008, con huelgas y piquetes que impedían la actividad extractiva, hicieron que el mejillón tuviera que permanecer amarrado en las cuerdas.