Los mediadores en la negociación del metal de la provincia de Pontevedra confían en que haya “unanimidad” en la firma del texto definitivo la próxima semana. Patronal y sindicatos alcanzaron un preacuerdo el pasado martes sin el apoyo de la CIG ni de las asociaciones Foncalor (fontanería y calefacción) e Instalectra (electricidad), que rechazaron la propuesta de los representantes de la Xunta y Traballo, en concreto el punto referente al incremento salarial.

La delegada de la Xunta, Lucía Molares, expresó ayer su “satisfacción” por el preacuerdo, si bien confió en que las organizaciones contrarias acaben sumándose la próxima semana. El preacuerdo, para un convenio de tres años, incluye un aumento salarial del 3,85% por encima del IPC: un 2,5% el primer año (IPC más 1,1 puntos), el IPC más un 1,5% para el segundo año, y el IPC más el 1,25% para el tercer año.

También se asegura que la deflación no actuará y existe una clausula de revisión para el tercer año de vigencia.

Desde la CIG, el secretario xeral de Metal, Miguel Anxo Malvido, asegura que la “unidad sindical queda muy tocada en este momento porque teníamos el compromiso de sacar adelante el convenio juntos”. “La verdad es que ahora la unidad sindical queda en entredicho”, señala.

El portavoz de la parte patronal, Enrique Mallón, argumenta que la valoración es “positiva” aunque “es la propuesta de la mediación”, y espera una mayor adhesión de las partes la semana que viene. “Este debe ser el inicio de una etapa larga de paz social y estabilidad para el sector”, apunta.

Aclunaga

También desde Aclunaga se valora el preacuerdo alcanzado en el metal. “Destaca del acuerdo alcanzado su vigencia por tres años, ya que ello supone garantizar la estabilidad durante un largo periodo”, valoran fuentes de Aclunaga, que agradecen “la labor de los mediadores”.

Por la parte sindical surgen dudas ahora sobre el modo en que el preacuerdo será trasladado a los trabajadores.