“El Gobierno sube el IVA porque no quiere reformar el mercado de trabajo pero, si no se hace, España difícilmente saldrá de la crisis”. Eso afirmó ayer José Luis Feito, presidente del Comité de Política Económica de la CEOE, en la charla que dio en el Club FARO sobre “El capitalismo y la crisis” .

Presentado por el jefe de Economía de FARO, Luis Piñero, el economista dio al principio unas nociones básicas sobre el sistema capitalista, que defendió como el mejor conocido, para entrar luego a analizar, según su perspectiva, la relación entre el mismo y la crisis. Pero sería al final de su charla cuando, a tenor de las preguntas del público, se reiteró en su postura sobre la necesidad de reformar el mercado del trabajo facilitando, entre otras cosas, el despido porque no hacerlo, afirma, “aunque pueda parecer paradójico, es perjudicial para los que se quiere beneficiar, que son fundamentalmente los trabajadores que tienen un puesto de trabajo que corre peligro y los trabajadores que están desempleados o que se incorporan por primera vez al mercado de trabajo”.

Simplificaciones

Feito, que acaba de publicar “En defensa del capitalismo” en La Esfera de los Libros, fue claro. “Se mire como se mire, la causa de la crisis -comentó- está en el Estado y no en el mercado. Esa culpa ha de recaer en los Bancos Centrales, que han estimulado durante muchos años el endeudamiento con sus políticas monetarias. Es una simplificación atribuirla a la codicia y afán de lucro excesivo porque ese es un atributo de la naturaleza humana presente en épocas de bonanza como en las de crisis. La causa inmediata de la profundidad de la actual radica en el endeudamiento excesivo del sector privado, tanto de las familias y empresas como de los intermediarios financieros, pero la creación de estos extraordinarios volúmenes de deuda privada ha sido propulsada por la política monetaria de los Bancos Centrales y, en menor medida, por la des regulación financiera. Aunque, no exageremos porque ¿qué mercado está más regulado que el financiero?.

Feito se define como liberal pero no ultra y dice que uno de los elementos centrales del capitalismo “es la existencia de un Estado que suministre la seguridad, la defensa y la justicia que garanticen los derechos de propiedad y aseguren el cumplimiento de los contratos”. Además, sostiene Feito, “el Estado debe también ejercer algunas otras actividades necesarias para complementar la iniciativa privada, entre ellas asegurar la provisión de infraestructuras, la estabilidad de la unión monetaria y la solvencia del mecanismo de pagos, así como facilitar a todos los ciudadanos ciertos niveles de educación, sanidad y pensiones”.

Los Bancos Centrales y demás organismos reguladores existen, según explicó, porque el capitalismo opera sobre la base de un patrón de dinero fiduciario, basado en la fe, y dicho patrón no puede funcionar sin el concurso del Estado como garante en última instancia de la aceptación del efectivo y los depósitos como medio de pago.

El economista afirmó que defender el capitalismo no equivale a considerarlo como el destino final o el Nirvana social de la historia pero sí para poner de manifiesto que su capacidad para satisfacer las necesidades y anhelos materiales de los seres humanos es superior a los de otros sistemas económicos “que se han ensayado y fracasado estrepitosamente”.

Precisamente una de las preguntas del coloquio giró en torno a la existencia de pobreza y creciente desigualdad a pesar de tantos años de crecimiento capitalista. Feito negó tal apreciación del capitalismo como generador de pobreza. “En el mundo existe hambre y gente sin techo desde siempre pero en los últimos 50, o mejor, 25 años, la pobreza se ha reducido como nunca en la historia de la Humanidad, fundamentalmente por el desarrollo de China e India”.

O sea que lo sorprendente en la historia de la Humanidad, según Feito, no es que alguien pase hambre sino que se hayan constituido sociedades en las que la mayoría de sus miembros satisfacen sus necesidades elementales”.