La atunera gallega Grupo Calvo, que ayer inauguró la ampliación de su planta en El Salvador, considera que la aplicación de las reglas de origen de la UE hace peligrar la continuidad de esta instalación. El consejero delegado de la compañía, Manuel Calvo, dijo en el acto de inauguración de las instalaciones que, sin afán de "escandalizar", la planta en El Salvador "corre cierto peligro" porque tienen "ciertos problemas" con la UE relativos al cumplimiento de la normativa sanitaria y de origen.

Calvo mencionó que la certificación de reglas de origen ante la UE les impide comprar atún a flotas que no sean españolas o salvadoreñas y que esta situación, aunada a una sensible bajada en la pesca, provocó el descenso de su producción este año. "Precisamente la administración que tiene que velar por las inversiones europeas en el extranjero y que tiene que protegerlas (...) es la mayor amenaza que hemos tenido que soportar durante bastantes años", añadió.

La compañía estima que al cierre de 2009 la producción en El Salvador podría ser de unas 40.000 toneladas de atún, una bajada, según Calvo, de entre 2.000 y 3.000 toneladas respecto al año anterior. La caída se debe principalmente a las "enormes dificultades, cada vez mayores, para (cumplir) las reglas de origen que nos permitan poder comprar ese pescado para exportarlo a Europa libre de arancel", afirmó Calvo.

La planta de Grupo Calvo, que inició operaciones en 2003, está situada en Punta Gorda, unos 184 kilómetros al sur de San Salvador, y con la ampliación inaugurada ayer suma una inversión de 140 millones de dólares (93 millones de euros) en el país. La conservera amplió 2.000 metros sus instalaciones para almacenar 4.000 toneladas de producto terminado y establecer dos líneas de producción, por 1,3 millones de euros.