La empresa armadora del pesquero con base en Vigo "Nuevo Apenino" ha decidido pagar a Mauritania los 30.000 euros que el país africano le reclama por no haber comunicado su posición durante intervalos de más de cuatro horas mientras faenaba el año pasado en los caladeros de su jurisdicción. A pesar de esta decisión, los representantes del pesquero insisten en su inocencia y denuncian que el fallo en el envío de las coordenadas del buque se produjo entre España y Mauritania y que el buque no tuvo nada que ver.

El armador considera injusto el pago de la sanción pero ha decidido abonarla para poder faenar el último trimestre del año en los caladeros mauritanos. "La empresa propietaria del barco se ve obligada a pagar la multa porque si no iba a tener que estar parado tres meses o buscar otros caladeros para faenar. Lo malo es que su única alternativa sería irse a pescar a Gran Sol y eso supone cambiar los aparejos de pesca, que cuestan mucho dinero", explicó el presidente de la Asociación Provincial de Armadores de Buques de Pesca de A Coruña (Arpesco), Jesús Etchevers.

Los armadores coruñeses esperan que en cuanto el Nuevo Apenino pague la multa pueda entrar en aguas mauritanas a recoger su licencia de pesca y faenar con normalidad en los caladeros africanos hasta el 31 de diciembre.

Si el pesquero no hace frente a la sanción pierde los 15.000 euros que le costó el permiso para faenar en aguas del país africano y alrededor de 6.000 euros por cada día que queda sin pescar. "El dueño del barco se lo toma como si la licencia le costase 45.000 euros en vez de 15.000 e intentará desquitarlo lo mejor que pueda durante la campaña de pesca. Si el buque no faena frente a Mauritania estará parado, y no puede porque la empresa tiene que pagar a los tripulantes y hacer frente a sus otras obligaciones", aclaró el presidente de Arpesco.

El pesquero coruñés se encuentra ahora fuera de las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Mauritania a la espera de que su propietario haga efectivo el pago de la sanción para poder entrar de nuevo al puerto de Nouadhibou para recoger la licencia de pesca de este año y a los ocho marineros mauritanos que le obliga a llevar a bordo el acuerdo pesquero firmado entre la UE y el país.

La armadora del barco, sin embargo, no renuncia a su idea de demandar a la Administración española por considerar que es la principal responsable de esta sanción por la falta de comunicación de la posición del buque.