"Con el agua al cuello", así definieron ayer su situación los responsables de los astilleros vigueses Hijos de J. Barreras, Metalships, Vulcano, Freire, M. Cíes, Cardama, Armada y Factoría Naval Marín. Estas empresas acumulan unas penalizaciones superiores a los 1.000 millones de euros en multas por retrasos en las entregas y ejecuciones de las garantías bancarias para un total de 32 barcos fuera de plazo. "El margen de maniobra para superar esta situación es de horas. Es necesario empezar a trabajar las 24 horas seguidas para salvar los contratos, sino viviremos una quiebra en cadena de todos los astilleros", señaló el presidente de Barreras, José Francisco González Viñas.

Viñas indicó que hasta ahora habían mantenido discreción y no se habían manifestado en un conflicto "en el que nos vemos indirectamente involucrados porque todos los astilleros tenemos nuestros propios convenios y por lo tanto somos ajenos a la negociación". El presidente de Barreras señaló que el problema está "en la ruptura total de la producción naval desde el mes de marzo. Nuestro negocio se basa en contratar barcos, normalmente en el extranjero, que se caracterizan por su complejidad técnica y su sofisticadísimo nivel tecnológico, que hace que los astilleros de la Ría de Vigo hayamos sido capaces, navegando en la misma ruta y en la misma dirección, de conquistar un segmento de mercado a nivel mundial. Hemos evolucionado desde los tradicionales barcos de pesca que construíamos hace veinte años hasta los quimiqueros, ferrys y off shore que hacemos todas las empresas en la actualidad".

Viñas apeló a la diferencia de este negocio en relación a los demás como es el efecto serie "que aquí no existe, porque prácticamente todos nuestros barcos son distintos. En lo que hace referencia a nuestros ingresos, si no hay efemérides de puesta de quilla, botaduras, entregas o nuevos contratos, nuestra contabilidad, nuestro mundo financiero y nuestro esquema se resienten de manera inmediata. Los gastos y los compromisos de pago sí que los adquirimos en el mismo momento que compramos un motor, un reductor, unas hélices, unas calderas o unas chapas de acero. Entonces sí que se produce un desequilibrio brutal entre los ingresos por un lado y los costes productivos por otro, aparte de la mano de obra que tenemos que pagar a nuestros trabajadores como a las industrias auxiliares que trabajan dentro de nuestras instalaciones o en sus talleres situados en nuestro entorno más o menos próximo".

El presidente de Barreras señaló que "hemos ido avisando del estrangulamiento financiero que sufrían nuestras empresas por la ruptura de un esquema que hasta ahora funcionaba perfectamente. Y cuando se rompe este esquema y no cumplimos un contrato entramos en demora y, por tanto, en penalizaciones. Esto provoca tres efectos, de acuerdo con el contrato el astillero deja de percibir unos ingresos por no cumplir los hitos de construcción; se entra en penalidades y, de acuerdo con el contrato, hay que pagar unas multas por cada día que se supere la fecha de entrega hasta que se entra en cancelación. Esto último supone que nos tendríamos que quedar con el barco, habría que devolver las cantidades entregadas a cuenta por el naviero y se ejecutarían las garantías de reembolso".

Viñas asegura que esto está suponiendo el estrangulamiento de los astilleros de la ría de Vigo. "No hablo de uno, de dos o de tres, me estoy refiriendo a los ocho. Nos hemos visto desarropados desde el punto de vista productivo y no hemos podido cumplir con nuestras obligaciones que son sagradas en este negocio. Ningún armador paga las efemérides sin se que cumplan".

Ante esta situación calificada de "dramática", los responsables de los astilleros reunidos en la tarde de ayer en el Club Financiero Vigo solicitan "una vuelta a la normalidad de forma inmediata para recuperar la actividad perdida desde el mes de marzo, como se hacía hasta antes del conflicto".

Viñas advirtió de que "la vuelta al trabajo debe ser inmediata y definitiva para que se levante el fantasma del cierre definitivo de todos los astilleros de la ría de Vigo, que desaparecerían tanto en lo que hace referencia a construcciones como a reparaciones, y que es la mayor alegría que podemos dar a nuestros competidores que ya se están frotando las manos. Los ocho astilleros, sin excepción, hemos logrado un magnífico cartel internacional ".

El director de Metalships, Alberto Iglesias, apuntó que "quedan horas para poder salvar la situación" y señaló que a los astilleros "no les preocupan tanto las penalizaciones como que el sector sobreviva, y empezar a trabajar para que las empresas no tengan que cerrar".

El director general de Factorías Vulcano, José Luis Méndez, recordó que la actual crisis empuja a los armadores a reclamar la devolución y a dejar los encargos en las gradas en cuanto se produce un mínimo retraso, una situación que "ningún astillero puede soportar" desde el punto de vista financiero.