Nardelli señaló en un correo electrónico enviado a los trabajadores que los acreedores cancelarán los 6.900 millones de dólares de deuda de la empresa a cambio de 2.000 millones de dólares en efectivo. "Si es aprobado, eliminará un significante obstáculo" para evitar la quiebra de Chrysler, afirmó Nardelli.

El fabricante automovilístico tiene de plazo hasta el 1 de mayo para concluir acuerdos de reestructuración de su deuda, operaciones y costes laborales. Si no lo consigue, se tendrá que declarar en suspensión de pagos.

El ejecutivo recordó que el acuerdo tiene que ser aprobado por todos los acreedores. Nardelli también se refirió al acuerdo provisional alcanzado con el sindicato United Auto Workers (UAW) y que ahora es votado por sus afiliados.

"Ésta es otra importante parte de nuestro esfuerzo para reestructurar costes y alcanzar viabilidad. Es evidente que nuestras actividades de reestructuración y reducción de costes están logrando resultados", afirmó Nardelli.

El acuerdo, alcanzado la noche del domingo, supondrá que UAW se haga con el 55 por ciento del accionariado de Chrysler, y el resto se repartiría entre el fondo de inversiones Cerberus (el actual propietario), el Gobierno estadounidense y la italiana Fiat.

El directivo dijo que continúan las conversaciones con Fiat para formar una alianza que "nos proporcionará muchas ventajas estratégicas y nos ayudará a asegurar el éxito a largo plazo".