Esas son las previsiones que el Fondo Monetario Internacional (FMI) recoge en su informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales", en el que pronostica que la economía mundial se contraerá un 1,3 por ciento este año.

En el capítulo dedicado a EEUU, el FMI señala que el "progreso hacia la normalización de las condiciones financieras ha sido mucho más lento que lo previsto hace algunos meses" en este país.

EEUU, que pasa por su peor crisis económica desde la Gran Depresión, está lidiando con el "núcleo financiero" de la "severa" recesión que está sufriendo, destaca el FMI en su informe.

La institución multilateral afirma que los mercados financieros "se han estabilizado algo" desde la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers y el rescate de la aseguradora American International Group (AIG), pero "siguen bajo una fuerte presión", pese a las acciones sin precedentes tomadas por el Gobierno de EEUU.

Los mercados interbancarios siguen experimentando inestabilidad y el diferencial se encuentra muy por encima de los niveles normales, mientras que el mercado de renta variable todavía registra una caída del 40% del valor que registró durante su auge, indica el FMI.

Estos fenómenos se registran en medio de unas perspectivas económicas ensombrecidas y de caídas notables en mercado de valores, arrastrado por pérdidas empresariales generalizadas y dudas sobre la solvencia de las grandes compañías.

La institución sostiene que ha habido "señales tentativas" de mejora en el entorno empresarial y en la demanda del consumo, pero la tasa de desempleo ha seguido empeorando.

El FMI calcula que la economía se contraerá un 2,8% en 2009, aunque el ritmo de la caída se moderará en el segundo trimestre y más allá, a medida que el estímulo fiscal fomenta el consumo.

El FMI supedita su previsión para el 2010 al impacto del paquete de estímulo para 2009-2011, a una política monetaria flexible y continuada, a medida que se estabilicen los precios de la vivienda y se frenen las ejecuciones hipotecarias y a nuevas iniciativas políticas para "curar" al sector financiero.

Bajo este pretexto, proyecta un crecimiento promedio del Producto Interior Bruto (PIB) del cero por ciento para el próximo año.

El IPC caerá un 0,9% en 2009 y un 0,1% en 2010, mientras que el desempleo se elevará al 8,9% de la población activa este año y a un 10,1% el próximo, según las perspectivas del FMI.

La institución recalca que las perspectivas dependen esencialmente de las iniciativas políticas encaminadas a mitigar la severidad de la recesión y fomentar la recuperación.

Para el FMI, lo más urgente es que EEUU restaure la "salud" de las instituciones financieras esenciales y al mismo tiempo estimule la demanda privada, disminuya los riesgos de una subida excesiva de precios de activos, sobre todo de las viviendas, y reduzca las incertidumbres existentes en los hogares, firmas y mercados financieros.

El principal peso recaerá sobre la política fiscal, dado que las perspectivas para nuevas medidas monetarias son limitadas.

En opinión del FMI, las políticas tienen que dirigirse a resolver los problemas en el "corazón" del sistema financiero; la creciente carga de activos tóxicos y la incertidumbre sobre la solvencia.

En este sentido, considera necesario que se devuelva el equilibrio a las hojas de balance de las empresas, mediante la eliminación de activos problemáticos y la inyección de capital.

El desafío de cualquier intento gubernamental de eliminar los activos tóxicos pasa por convencer a los bancos de la necesidad de venderlos, pero no a un precio demasiado alto, porque supondría un subsidio de los contribuyentes a los bancos y accionistas, y podría agotar rápidamente el programa de rescate financiero.

La inyección de capital, para fomentar la confianza y las perspectivas de financiación, debe efectuarse mediante acciones comunes, incluso cuando el Gobierno se convierte en accionista mayoritario, al tiempo que las instituciones no viables deben ser intervenidas rápidamente para encontrar una solución "ordenada" a través de su cierre o fusión, indica el FMI.