El documento, preparado por la oficina del Inspector General del Departamento del Tesoro, señala que los 5.000 millones de dólares destinados a GM permitirán que el fabricante siga funcionando hasta el 1 de junio, la fecha límite dada por Washington para que desarrolle un nuevo plan de reestructuración.

Chrysler tiene hasta el 1 de mayo para conseguirlo, y los 500 millones le permitirán seguir en funcionamiento hasta entonces.

Estos detalles están contenidos en el informe sobre el programa de rescate financiero de 700.000 millones de dólares, denominado Programa de Alivio de Activos Problemáticos (TARP por sus siglas en inglés), puesto en marcha a finales de 2008.

El periódico "The Detroit News" informó de que el documento también revela que el Departamento del Tesoro ha gastado casi la totalidad de los 25.000 millones de dólares destinados al sector del automóvil.

Según el informe, de esa cifra total, 13.400 millones de dólares han ido a GM, 4.000 millones a Chrysler, casi 6.000 millones a GMAC (el brazo financiero de GM) y 1.500 millones a Chrysler Financial (el brazo financiero de Chrysler).

Además, el Departamento del Tesoro ha reservado 1.250 millones de dólares al programa de la administración del presidente Barack Obama para mantener las garantías de vehículos en caso de que GM o Chrysler se declaren en suspensión de pagos.