Ambos índices, que en el caso de la entrada de pedidos acumula siete descensos consecutivos desde agosto y en el de la facturación industrial cinco desde octubre, reflejan el retroceso de la demanda y del consumo en la actual coyuntura económica.

Después de que en enero se registraran las mayores caídas de estos indicadores desde 2002, fecha en la que se empezaron a elaborar sendas estadísticas, en febrero los pedidos volvieron a experimentar el mayor retroceso de la serie histórica y la cifra de negocio disminuyó dos décimas respecto al mes anterior.

Por destino económico de los bienes, los de energía fueron los que experimentaron la mayor caída de la facturación en febrero (39,5%), seguidos del descenso de los bienes intermedios (37,1%), los de equipo (36,1%) y los de consumo (14,3%).

Entre los bienes de consumo, los duraderos descendieron el 39 por ciento en febrero respecto a igual mes de 2008, mientras que los no duraderos lo hicieron el 10,3 por ciento.

En cuanto a las entradas de pedidos en la industria, que anticipan las espectativas de consumo, también los bienes energéticos fueron los que registraron el mayor descenso, del 40 por ciento en febrero, seguidos de los retrocesos del resto de bienes (39,8% para los intermedios, 35,4% para los de equipo y 14,6% para los de consumo).

Así, los pedidos de los bienes de consumo duradero se redujeron el 36,8 por ciento en febrero en tasa interanual y los de consumo no duradero lo hicieron el 11 por ciento.

Las caídas de febrero intensifican los recortes sufridos por ambos indicadores económicos en el último trimestre del año pasado, en el que los efectos de la crisis se hicieron notar con mayor virulencia.