Asimismo, informó de que suprimirá 8.700 puestos de trabajo en el mundo de aquí a un año, con lo que su personal pasará de 76.200 a 67.500.

El primer resultado trimestral de 2009 tuvo unas pérdidas de 3.900 millones de francos (unos 2.550 millones de euros) en inversiones de riesgo no líquidas, indicó éste en un comunicado.

Otras pérdidas se debieron a provisiones por riesgos en créditos y a adaptaciones del valor de los "activos tóxicos" que UBS transfirió a un fondo especial creado por el Banco Nacional de Suiza para ayudarle a recuperarse.

A pesar de los primeros signos positivos anunciados por el banco desde inicios del año, las salidas de fondos en su división de Gestión de Fortunas y Banca Suiza casi alcanzaron los 23.000 millones de francos (unos 15.200 millones de euros).

El nuevo director general, el alemán Oswald Grübel -que deberá ser hoy confirmado por la Asamblea de Accionistas reunida en Zúrich- aseguró durante su discurso que si bien el banco se encuentra en el buen camino, los resultados no se verán a medio plazo.

Grübel recordó que hay multiplicidad de frentes a los que atacar, pero se mostró "confiado" a largo plazo.

Según el nuevo hombre fuerte de UBS, la reestructuración del banco debería asegurar un ahorro de entre 3.500 y 4.000 millones de francos (2.315 y 2,600 millones de euros) desde ahora y hasta el fin de 2010.

Asimismo, Grübel explicó que el banco renunciará a ofrecer "ciertas prestaciones salariales anexas", en particular en el nivel directivo.

Tras conocerse la noticia de las pérdidas y la supresión de empleos, el título de UBS en la bolsa suiza cayó un 8,67% para situarse en los 12,12 francos por acción (8,01 euros).