En un discurso en la Universidad de Georgetown en Washington, en el que pasó revista a la situación económica y a las medidas adoptadas contra la crisis, Obama recordó que en las próximas semanas su Gobierno evaluará la situación de General Motors y Chrysler, dos empresas que han recibido más de 17.400 millones de dólares de fondos públicos en tanto elaboran planes de viabilidad.

"Es nuestra ferviente esperanza que en las próximas semanas Chrysler encuentre un socio viable y que General Motors desarrolle un plan de empresa que le ponga en el camino de los beneficios sin requerir el eterno respaldo del contribuyente", explicó.

GM tiene de plazo hasta el 1 de junio para reestructurarse y Chrysler hasta el 1 de mayo.

Al mismo tiempo, agregó Obama, el Gobierno de EEUU ha dado pasos para aumentar la demanda de vehículos estadounidenses y ayudar a los trabajadores de estas empresas y sus comunidades.

El presidente expresó también su compromiso con un sector automovilístico estadounidense "del siglo XXI, que cree nuevos empleos y fabrique los vehículos de consumo eficiente que nos llevarán a un futuro limpio".

Acerca de AIG, que ha requerido una inyección de más de 200.000 millones de capital público para evitar su hundimiento, el presidente justificó esa inversión porque la quiebra "podría amenazar todo el sistema financiero y congelar el crédito aún más".

"Por eso, necesitamos una nueva autoridad legal para que tengamos la capacidad de intervenir en estas instituciones financieras, para reestructurarlas de una manera ordenada que no induzca al pánico", explicó el presidente estadounidense.