Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, afirmó, en la inauguración del Congreso, que los sindicatos esperan que en la reunión de mañana del G-20 en Londres los gobernantes de los principales países industrializados tomen medidas urgentes para acotar lo que consideran el descontrol de los mercados financieros.

Zapatero, que ha viajado hoy a Londres para asistir mañana a la reunión del G-20, afirmó que no habrá progreso si no se cuenta con la participación de los sindicatos y dijo ante los numerosos asistentes: "sentirme uno de vosotros es un timbre de honor y una intensa alegría".

El presidente subrayó que no hay un "sitio mejor" para partir hacia el G-20 que desde este Congreso.

Por su parte, Méndez espera que el G-20 sea "el inicio del fin" de los mercados sin control y que de la reunión salga un compromiso explícito de un nuevo orden económico, eficaz y justo, donde el trabajo sea lo primero y el dinero esté a su servicio, idea del lema del Congreso, "El trabajo es primero".

El líder de UGT dijo que los sindicatos tienen autoridad moral para exigir a los empresarios que actúen en tiempos de crisis con responsabilidad y contención, al igual que hicieron los sindicatos en épocas de bonanza.

Además acusó a la CEOE de crear inseguridad por su cambio radical de postura en los últimos meses y advirtió de que, además de los 3,5 millones de parados, hay más de 16 millones de ocupados a los que no se les puede amenazar con abaratar el despido o reducir los salarios.

También el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, dijo durante su intervención que el problema de la economía española no se debe a elementos de flexibilidad salarial, sino a otros desajustes, incluido el control de legalidad, que continúa como una asignatura pendiente.

Fernández Toxo se dirigió específicamente al presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Gerardo Díaz Ferrán, que estaba entre los asistentes, y le recordó que el mercado laboral español ya es suficientemente flexible.

En el acto inaugural de este 40 Congreso, que se clausurará el próximo sábado y en el que, previsiblemente, saldrá reelegido como secretario general Cándido Méndez, tanto los representantes sindicales como el presidente del Gobierno abogaron por un cambio de modelo de crecimiento económico más sostenible en el medio y largo plazo y donde haya más protección social.

En este sentido, Zapatero insistió en que el Ejecutivo seguirá defendiendo el empleo y la protección social y dijo que las crisis obligan a elegir a gobiernos con políticas públicas o por aquellas que optan por el adelgazamiento del estado de bienestar.

Añadió que cuando desde determinados estamentos de la derecha se pide que el Gobierno "tome decisiones", lo que se está pidiendo es que se hagan recortes sociales, pero subrayó que "los recortes de derecho no crean empleo" y además solo producen inquietud e inseguridad.

Entre los asistentes al Congreso, en el que participan 1.000 invitados, de los que 120 son delegados de más de 50 países pertenecientes a 90 organizaciones, se encontraban el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho; el presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, Manuel Cháves; el vicesecretario general del PSOE, José Blanco; el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, y la secretaria de Organización del PSOE, Leyre Pajín.

También acudieron el vicepresidente de la Fundación socialista IDEAS, Jesús Caldera; el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica; el presidente de la CEPYME, Jesús Bárcenas; el presidente del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña, y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, entre otros.