Carlos Barros se integra en la dirección del Partido Comunista en 1968, año en el que inicia una gran actividad antifranquista entre Ourense y Vigo. En la provincia ourensana fue uno de los fundadores de las Comisións Campesiñas, actividad por la que fue detenido, torturado y enjuiciado en el Tribunal de Orden Pública. Como responsable del movimiento obrero del Partido Comunista de Galicia (PCG, participó en las huelgas de 1972, que paralizaron la ciudad de Vigo, y en ese año entró a formar parte del comité central del PCE. También participó en la Xunta Democrática de Vigo y Galicia. Actualmente es profesor de Historia de la Universidad de Santiago.

-¿Cómo adquirió el compromiso?

-En el ambiente obrero de mi casa, con orientación comunista por parte de mi padre. Después, esa formación tomó cuerpo en Madrid al integrarme en el Sindicato Democrático de Estudiantes.

-¿Participó en diferentes frentes?

-Estuve siempre en movimientos sociales: estudiantil, campesino y obrero, así como las responsabilidades políticas en la dirección del PCG y PCE. Como responsable obrero del partido, en 1972 dirigí con Eduardo Fernández (otro homenajeado) el primer periódico de CC OO de Galicia, Vigo Obreiro, y editamos las octavillas de la huelga general, en las que se marcaban las orientaciones para el movimiento huelguístico, que fue un acontecimiento importante no sólo para Galicia sino también para España.

-¿Qué recuerdos guarda de la actividad campesina en Ourense?

-Hace poco que nos reunimos los procesados de las Comisións Campesiñas y recordamos el momento traumático que vivimos con una fuerte represión policial, aunque por la solidaridad recibida fuimos absueltos en Madrid. La lucha se centró en conseguir la paralización del cobro de la cuota empresarial, que conseguimos, y fue el germen del movimiento campesino.

-Como miembro que fue del PCE ¿cómo ve la práctica desaparición del partido?

-Con tristeza. Fue un partido importante en la lucha por la democracia en la generación de una conciencia social que hoy está en otras organizaciones políticas.

-¿Y qué opinión tiene del resultado electoral del pasado domingo?

-Es un resultado democrático a respetar pero probablemente injusto con los miembros que dirigieron la Xunta en los últimos años, particularmente con su presidente, Pérez Touriño, que fue compañero mío en la dirección del PCG hace 30 años. Es cierto que cometieron errores, como ellos reconocen, pero tengo la esperanza de que pasada la catarsis postelectoral se reconozcan más los méritos de estos dirigentes.