El capitán del Monte Galiñeiro reconoce que el naufragio fue "muy rápido" y el rescate "complicado"

En declaraciones a los medios cuando llegó, junto con el resto de marineros -en total, 13 gallegos, una bióloga madrileña, 6 ghaneses, un marroquí y rumano--, al aeropuerto vigués de Peinador, Soaje explicó que sabe "qué pasó" y que los tripulantes escucharon "dos golpes fuertes, secos, y una explosión". A continuación, según relató, "todo se llenó de humo, agua y gasoil", por lo que procedió a la evacuación inmediata.

Asimismo, apuntó que, cuando se escuchó la deflagración "se pararon los motores" y se emitió la señal de socorro, recogida por una patrullera canadiense que estaba a pocas millas. No obstante, señaló que el rescate fue "complicado" porque el barco estaba "muy escorado" y, al llevar el aparejo de arrastre largado, "el barco iba para adelante y las lanchas para atrás". Iván Soaje también precisó que, una vez que los marineros abandonaron el barco, hubo varios tripulantes que estuvieron algún tiempo en el agua --a tres grados bajo cero--, dos de ellos agarrados a una de las lanchas salvavidas, hasta que llegó la embarcación de rescate.

Agradecimientos

El capitán del 'Monte Galiñeiro' agradeció el trato que les dispensaron las autoridades canadienses, así como la ayuda de Salvamento Marítimo y la Cruz Roja de este país. Así, Soaje no quiso entrar a valorar las críticas sobre este pesquero gallego, y apuntó que, salvo excepciones, la tripulación fue "muy bien tratada" tanto por los funcionarios de este país norteamericano como por los empleados del hotel, y en los representantes consulares.

Soaje evitó concretar cuándo volverá a faenar y se limitó a recordar que los tripulantes llevan "tres días superaturdidos", y que han llegado a Vigo "a descansar unos días". "La gente del mar es muy dura, pero ahora es el momento de descansar", añadió.

Recolocación

Por su parte, el gerente de la asociación ARBAC (Asociación de Empresas de Pesca de Bacalao, Especies Afines y Asociadas), José Luis Durán, elogió la "frialdad" del capitán del 'Monte Galiñeiro' -a pesar de su juventud, 31 años de edad-- quien, según recalcó, tuvo en todo momento como "objetivo" salvar a la tripulación y que "todos volvieran".

Además, confirmó que la armadora del buque, Valiela, tiene otros barcos y está dispuesta a recolocar a todos los tripulantes del pesquero hundido. En todo caso, precisó que el 'Monte Galiñeiro' era un barco nuevo y "con tecnología muy moderna', que sólo llevaba 13 días faenando en el caladero cuando naufragó.

Reacciones de familiares

Los 21 tripulantes y la bióloga que iban a bordo del 'Monte Galiñeiro' llegaron esta mañana al aeropuerto de Vigo, en un vuelo procedente de París, y fueron recibidos por numerosos familiares y medios de comunicación. Así, la hermana del marinero grovense Francisco Javier Moraña, explicó en declaraciones a los periodistas, que la "impresión" tras el naufragio "fue muy fuerte", ya que no pudieron contactar con los tripulantes hasta el día siguiente del hundimiento. "Me contó que todo pasó muy rápido y que cogieron lo que pudieron, porque algunos incluso estaban durmiendo", relató.

La mujer de Suso Parache, de Cangas do Morrazo, reconoció que, cuando pudo hablar con su marido "se le notaba voz de sufrimiento" y que "su única obsesión era hablar con su hijo de 8 años". En los mismos términos se pronunció la mujer de otro de los marineros, Imar Hiagbl, que subrayó que su familia "vivió muy mal" la noticia, a pesar de que este tripulante "lleva toda su vida en el mar".

Por su parte, el padre de la bióloga Tania Fernández-Vivanco, que viajaba en el barco contratada por la empresa pública Tragsa, denunció que su hija se encontró "desprotegida en todo momento", y que nadie de la compañía se puso en contacto con ella ni con su familia. El hombre reconoció que, cuando recibió la noticia del naufragio, no imaginó "que hubiera sido tan grave".