La dependencia de las compañías japonesas de las exportaciones ha puesto en riesgo los pilares de la economía nipona, la segunda mayor del mundo y que se encuentra en recesión. Como consecuencia, noviembre fue un mes negro para la producción industrial y superó los pronósticos más pesimistas, que de media situaban el descenso en el 6,8 por ciento.

Asimismo, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria avanzó que se espera que la producción manufacturera descienda un 8 por ciento en diciembre y un 2,1 por ciento en el primer mes de 2009.

Por su parte, la inflación subyacente de precios al consumidor descendió un 1 por ciento en noviembre en tasa interanual y un 1,9 por ciento respecto a octubre. Esta bajada se atribuye al descenso mantenido de los precios del petróleo y se encuentra en línea con las previsiones del mercado, del 1,1 por ciento.