"Parte de nuestro paquete económico que saldrá de mi administración consistirá en un fuerte conjunto de medidas regulatorias que llevarán a los bancos, a los 'brokers hipotecarios' y a un montón de gente a comportarse de forma mucho más responsable", declaró Obama.

Del mismo modo, Obama consideró prioritaria la salvación de la industria automovilística estadounidense, porque "el colapso de estas empresas no es una opción", aunque instó a los fabricantes de vehículos a modificar su conducta.

"Hay que ayudar a las compañías, pero esta ayuda está condicionada a que ellos pongan en práctica una serie de ajustes significativos. Estas empresas tendrán que reestructurarse, y sus accionistas, también", remachó.