Las inmobiliarias españolas siguen sucumbiendo a la crisis del sector y la última víctima ha sido la catalana Habitat, que ha presentado un concurso voluntario de acreedores -la antigua suspensión de pagos- al no poder hacer frente a los 2.300 millones de euros que acumula de deuda. El 55% de la compañía pertenece a las familias Figueras y Suñol, un 20% a Ferrovial y el restante 25% a un grupo de accionistas minoritarios gallegos y catalanes entre los que destaca Dolores Ortega, sobrina de Amancio Ortega, que posee cerca del 10% del capital de la promotora.

Habitat, la quinta inmobiliaria de España, adeuda un total de 2.300 millones a las entidades financieras, casi mil de ellos a La Caixa, Caja Madrid, BBVA, Banco Popular y Santander, sus cinco principales acreedores. Sin embargo, de toda la deuda, 1.600 millones se corresponden con un crédito sindicado con 39 entidades financieras entre las que se encuentran las tres gallegas. Fuentes del ámbito bancario gallego aclararon ayer que "las tres entidades estaban en el préstamo sindicado desde el principio" aunque aclararon que su participación "es muy pequeña, ínfima".

Primer acreedor

La Caixa es el principal acreedor de la compañía, que adeuda 232,8 millones, Caja Madrid el segundo, con 218 millones, y BBVA el tercero con 190. A continuación se encuentran el Banco Popular, el Santander, Banco Sabadell, Banesto, Caixa Catalunya, Bancaja y el Instituto Catalán de Finanzas.

Las dificultades que arrastraba para afrontar los pagos de los intereses del préstamo sindicado que pidió para comprar Ferrovial Inmobiliaria provocaron la presentación del concurso de acreedores por parte de la compañía que preside Bruno Figueras, una situación de la que se libró en febrero tras lograr la refinanciación de la deuda.

Se trata de la segunda gran inmobiliaria que se declara insolvente, después de Martinsa Fadesa, y una más de la larga lista de empresas del sector que se han visto abocadas a suspender pagos en el último año ante la actual crisis del sector y financiera.

Habitat explicó que ha decidido recurrir al concurso para preservar "de la mejor manera posible" los derechos de todos los acreedores y para acometer una reestructuración financiera "que permita garantizar la continuidad de su proyecto empresarial".

En este sentido, la compañía mostró su confianza en alcanzar un convenio de acreedores "pasado el verano", para lo que, según asegura, continuará colaborando "activamente" con la banca.

La promotora Habitat garantiza que su actividad comercial "continuará con normalidad", que el consejo de administración y la cúpula directiva mantendrán el ejercicio de sus funciones y que se "centrarán en finalizar las promociones de viviendas en marcha para cumplir los compromisos con sus clientes y proveedores, que están garantizados".

"Habitat es un proyecto viable que está fuertemente afectado por la actual crisis financiera e inmobiliaria, pero cuenta con activos de alto valor que lo respaldan y dan solidez", aseguró Figueras.