El Banco Central Europeo (BCE) informó hoy de que el crecimiento anual de los préstamos al sector privado bajó en octubre hasta el 7,8 por ciento, en comparación con el 8,5 por ciento del mes anterior.

Pese a este mantenimiento del M3, el crecimiento de la masa monetaria en circulación se sitúa muy por encima del valor que recomienda el BCE para mantener la estabilidad de precios, que es del 4,5 por ciento.

Según las estadísticas del BCE, se produjo un retroceso de la expansión monetaria desde noviembre de 2007, cuando el crecimiento anual del agregado M3 se situó en el 12,3 por ciento, hasta el pasado septiembre.

Al mismo tiempo, el incremento anual del agregado monetario M3 en el trimestre de agosto a octubre fue del 8,7 por ciento.

Entre julio y septiembre el aumento del M3 fue del 8,9 por ciento, respecto al mismo periodo del pasado ejercicio, por lo que se ha producido también una desaceleración trimestral del ritmo de crecimiento.

Para algunos expertos el fuerte crecimiento monetario puede generar también presiones inflacionistas.

Los expertos prevén que el BCE bajará la tasa rectora para los países que comparten el euro (actualmente en el 3,25 por ciento) en su reunión de comienzos de diciembre en, al menos, 50 puntos básicos.

A comienzos de noviembre, el banco europeo redujo los tipos de interés en medio punto porcentual.

Además, el pasado 8 de octubre, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el BCE, la Reserva Federal estadounidense (Fed) y los bancos centrales suizo y sueco redujeron de forma coordinada los tipos de interés oficiales.

El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, depósitos disponibles hasta 3 meses, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM).

La expansión anual de los préstamos para el pago de una vivienda cayó en octubre hasta el 3,5 por ciento, frente al 4,1 por ciento de septiembre.

La tasa de crecimiento anual de los créditos de consumo bajó un punto porcentual en octubre hasta el 3,3 por ciento, frente al mes anterior.

La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los países que comparten el euro.