La Comisión Europea quiere que la UE reaccione de manera coordinada ante la crisis económica y, por eso, ayer propuso a los Veintisiete sumar esfuerzos y dedicar un total de 200.000 millones de euros, equivalente al 1,5% del PIB comunitario, a impulsar la actividad.

Bruselas quiere medidas de aplicación inmediata para recuperar la confianza de los consumidores e inversores en la economía europea y está convencida de que todos los Estados miembros darán su apoyo al plan en la cumbre de líderes del 11 y 12 de diciembre.

No se trata de poner dinero nuevo sobre la mesa, sino de coordinar las iniciativas que ya están adoptando los Gobiernos nacionales y de ayudar, en lo posible, con el presupuesto comunitario.

Según la propuesta que ayer presentó el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, 170.000 millones de euros deberán salir de los presupuestos nacionales (con un gasto adicional medio del 1,2% del PIB), mientras que las arcas comunitarias y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) pondrán los 30.000 millones restantes.

Pero tanto Durao Barroso como el responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, incidieron en que no todos los países pueden hacer el mismo esfuerzo, dado que su posición presupuestaria es muy diferente.

Por eso, dejaron claro que el aumento del gasto en una cantidad equivalente al 1,2% del PIB nacional es una media para los Veintisiete, pero "algunos tendrán que hacer más y otros menos", según Durao Barroso. También subrayaron que las iniciativas no tienen que ser las mismas en todos los países y ofrecen, por eso, un catálogo de propuestas que suponen aumento del gasto o recorte de impuestos.

Entre las acciones con impacto presupuestario, plantean aumentar las prestaciones a los desempleados o a los hogares con ingresos más bajos, alargar el periodo de percepción del subsidio de paro e impulsar la inversión pública en infraestructuras y para reducir las emisiones contaminantes.

Bruselas también sugiere ofrecer avales para acceder a créditos e incentivos, por ejemplo, para aumentar la eficiencia energética.

En cuanto a las medidas que conllevan caída de la recaudación, propone reducir las contribuciones sociales que pagan los empresarios y reducir la imposición sobre las rentas del trabajo.

Apunta también a rebajas temporales del IVA -como la adoptada en Reino Unido, de 2,5 puntos- para impulsar el consumo.

Lo que resultal fundamental es la coordinación de las distintas medidas, para lograr el máximo beneficio, en términos de crecimiento y creación de empleo, para toda la economía europea y evitar que la política aplicada por un país acabe perjudicando a otro.

Sin coordinación de los esfuerzos nacionales, advirtió Almunia, "uno y uno pueden no sumar dos e incluso pueden dar como resultado cero o negativo".