Ese nuevo tope fiscal, condicionado a que el partido laborista gane las próximas elecciones, previstas para el 2010, formará parte de los anuncios que hará hoy el ministro de Economía, Alistair Darling, en la presentación al Parlamento de los presupuestos del Estado.

El aumento de la carga fiscal significa, según los observadores políticos, romper la promesa que hizo el Nuevo Laborismo de Tony Blair al conquistar el poder en 1997 de que no castigaría con mayores impuestos a quienes más ganan.

El hecho de hacer esa medida dependiente de la obtención de un cuarto mandato en las urnas permitiría al Gobierno de su sucesor, Gordon Brown, sostener que, al tratarse de una nueva etapa, no incumplió ningún compromiso previo, añaden.

La oposición conservadora considera, sin embargo, que la medida hará que muchas empresas abandonen el Reino Unido.

La medida más inmediata para dinamizar la economía que anunciará hoy Darling, según ya habían adelantado los medios, es la rebaja del 17,5 al 15 por ciento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) con el fin de impulsar el consumo.

Según expertos citados por la BBC, la menor recaudación, unida a una serie de medidas de "corte keynesiano" para dinamizar la economía, obligará al Gobierno a elevar el endeudamiento público hasta niveles récord de 100.000 millones de libras, lo que supondrá una carga adicional para futuras generaciones.

El líder "tory", David Cameron, ha advertido de que el plan es una "bomba fiscal de efecto retardado".

Otra medida que podría anunciar hoy Darling es un periodo de gracia de tres meses para quienes tienen una hipoteca antes de que se embarguen sus viviendas por impago.

El ex ministro de Comercio Digby Jones dijo que una rebaja del IVA por sí sola no ayudará a las empresas en graves dificultades ni hará que la gente abarrote las tiendas en fechas prenavideñas si persiste el temor de quedarse sin trabajo.

Según Matthew Elliott, director ejecutivo de la llamada "Taxpayers Alliance" -grupo de presión en contra de un aumento de la carga fiscal-, "para recuperarse de la recesión, Gran Bretaña necesita una economía de bajos impuestos y competitiva, no una que castigue el éxito (empresarial)".

"La estrategia del Gobierno puede crear nuevas trabas para la actividad económica y ahuyentar a potenciales inversores justo cuando más se necesitan", declaró Elliott a la BBC.

Por el contrario, para el presidente del comité selecto del Tesoro, el laborista John McFall, el proyecto de elevar la carga fiscal para los más ricos significa que el Gobierno está atento a la preocupación de la mayoría del electorado sobre las desigualdades del actual sistema fiscal.

"Hay gente que gana millones de libras y paga actualmente menos impuestos que el ciudadano de a pie. Es una cuestión de simple justicia social", afirma el diputado laborista.

Otros parlamentarios del partido gubernamental como John McDonnell, representante del ala izquierda del laborismo, creen incluso que los planes fiscales del Gobierno no son suficientes.

"La gente considera que el actual sistema es injusto ya que penaliza a los que menos ganan y a quienes tienen ingresos medios.

Necesitamos no sólo gravar con nuevos impuestos a los ricos sino también enfrentarnos a las empresas que se las arreglan para apenas pagar impuestos", critica McDonnell.