Fadesa, Llanera, Grupo Lábaro, Promodico, Urazca, Tremón? Todas son inmobiliarias que en los últimos meses se han visto obligadas a solicitar el concurso de acreedores. También todas tienen en común una deuda abultadísima con cajas y bancos. Lo mismo le sucede a otras como Colonial, Sacyr, Afirma (antigua Astroc) o Vilamar, que aún no han llegado a presentar la suspensión de pagos, pero acumulan impagos millonarios. Todas también guardan una similitud preocupante: gran parte de sus deudores son entidades gallegas.

La última inmobiliaria en caer ha sido Tremón. El grupo andaluz solicitó el pasado viernes el concurso de acreedores y pilló al Banco Pastor y a Caixa Galicia. La constructora reconoció ayer que tenía deudas contraídas por importe de 1.000 millones de euros con 16 entidades financieras. El banco fundado por Pedro Barrié de la Maza, con 95 millones, es la tercera con mayor importe. Rapidamente, un portavoz del banco aclaró que el concurso presentado por Tremón no experimentará ningún impacto en sus resultados ni en su tasa de morosidad ya que la entidad gallega ya tenía cubierta esta posibilidad en sus provisiones. "Está todo contabilizado en mora, así que el efecto en la tasa de morosidad y en los resultados es nulo", aseguró. El representante del Pastor prefirió no cuantificar la exposición del banco a la suspensión de pagos -"lo que nos deba está entre nuestro cliente y nosotros", aseguró-, pero señaló que en cualquier caso es inferior a los 77 millones que constaban en el folleto del frustrado intento de salida a bolsa de Tremón en 2007 y de los 95 que reconoció ayer la inmobiliaria.

De forma similar se expresó Caixa Galicia que, según Tremón, es el octavo máximo acreedor con 47 millones. "No damos ningún dato de la deuda, aunque no es importante, pero sí reconocemos que Tremón es cliente nuestro", avanzó el portavoz quien admitió que la caja ya realizó una dotación especial para cubrirse ante una posible suspensión de pagos. Sobre los 47 millones de deuda, la entidad dirigida por José Luis Méndez ni confirmó ni desmintió la cifra.

En total, entre Banco Pastor y Caixa Galicia, según la documentación que la inmobiliaria ha presentado en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid, ambas entidades tienen pillada casi el 15% de total de la deuda.

Pero esta no es la primera vez, ni tampoco será la última, según apuntan fuentes del sector inmobiliario y bancario, que las inversiones y préstamos que las entidades gallegas realizan en las inmobiliarias acaban mal.

La más sonada, porque también ha sido la más grande, fue el concurso de acreedores de Martinsa-Fadesa el verano pasado. Más de medio centenar de cajas y bancos se vieron afectados por la suspensión de pagos de la inmobiliaria. Caixa Galicia se dejó 270 millones (la cuarta que más); Caixanova, 69, y Banco Pastor, 54. La caída de Fadesa obligó a Caixa Galicia a provisionar de forma cautelar 78 millones.

La suspensión de pagos de las inmobiliarias Lábaro (abril de 2008) y Promodico (junio de 2008) también cogió al Banco Pastor. En la primera, la cifra que le adeudan no ha trascendido, pero en la segunda es de 45millones de euros. Caixa Galicia también se vio afectada por la caída de Lábaro y de Urazca (mayo de 2008), que tenía un pasivo de 500 millones.

Banco Pastor y Caixanova también son acreedores de la inmobiliaria Llanera, que acudió a la suspensión de pagos a finales de 2007.

Astroc, Sacyr o Colonial son otras inmobiliarias, que también están acuciadas por las deudas, aunque aún no han acudido a la suspensión de pagos. En las tres, las entidades gallegas tienen grandes inversiones como en la sevillana Vilamar, que la pasada semana fue adquirida en su totalidad por el Pastor. Poseía el 32% desde 2003.

Caixa Galicia, Caixanova y Banco Pastor también son acreedores de Colonial, con 86, 60 y 60 millones, respectivamente. En Afirma, antigua Astroc, Caixa Galicia tiene una deuda cercana a los 100 millones. Sacyr Vallehermoso, que cuenta con las dos cajas gallegas en su accionariado, ha reconocido que estudia la venta su 20,1% en la petrolera Repsol YPF, lo que ayudaría a recortar cerca de 18.300 millones de su deuda.