La compañía con sede en Viena informó en un comunicado de que su beneficio bruto de explotación (EBITDA) en el tercer trimestre cayó un 23 por ciento hasta 129,1 millones de euros, mientras que la facturación se estancó con 663,2 millones de euros.

En los primeros nueve meses del año, la empresa registró un EDITDA de 364,7 millones de euros (un 14 por ciento menos en el mismo período del año pasado), con una facturación de 1.926 millones de euros, un dos por ciento más que en 2007.

En términos generales, Wienerberger habla de "un deteriorado entorno económico", por lo que pronostica para todo 2008 una caída del EBITDA de hasta un 20 por ciento con respecto a 2007.

Para hacer frente a esta perspectiva, la empresa promete a sus accionistas reducir sus gastos fijos lo más rápidamente posible, cerrando en los próximos dos meses sus 27 fábricas más viejas, lo que le costará el puesto de trabajo a unas 1.400 personas.

La deuda acumulada por la empresa austríaca alcanza actualmente 897 millones de euros.

Para poder reducir el nivel de endeudamiento, Wienerberger prevé para el año 2009 nuevas inversiones de apenas 180 millones de euros, después de invertir más de 550 millones este año.

El consejero delegado de Wienerberger, Wolfgang Reithofer, es citado en el comunicado que "en estos momentos inciertos la máxima prioridad es mantener la liquidez".